ALGA Revista de Literatura
nº93-94 - Año 2025




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Enric Velo
  • Lucía León
  • Goya Gutiérrez

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
    Foto tomada en Lijiang, China que forma parte del
    espectáculo Impression de Zhang Yimou

    Por Craig Martin Getz


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    ANTONIO TELLO

    ANTONIO TELLO (Argentina, 1945). Poeta, narrador y ensayista. Amenazado de muerte, se exilió en 1975, primero en Francia y luego en España. Aquí ha realizado gran parte de su obra, que sigue la estela de los grandes maestros del siglo XX. Sus principales poemarios son Sílabas de arena (2004), Conjeturas acerca del tiempo el amor y otras apariencias (2009), Nadadores de altura (2011, 2014, 2015, 2017), O las estaciones (2012, 2022), Poesía visual (2013), Lecciones de tiempo (2015), En la noche yerma (2019), Asteroides (2022).

    Canto XXXI

    Busca su lugar y su tiempo, cruza océanos,
    tundras y cielos, pestes y sequías, inviernos y
    las calderas del infierno; conoce ciudades
    y sus lenguas, Auschwitz y La Perla, intramuros
    de la indiferencia, el horror, y en la plaza de
    piedra de la urbe eterna canta su desamparo.

    Roma 2023 d.C.

    Canto XXXII

    Sin cayado en el que apoyarse, el peregrino
    rodea el circo de las siete colinas, oye
    en el aire quieto del Coliseo el rugir de
    las fieras y los ayes de los penados y, en
    las catacumbas, las letanías de los cristianos;
    sigue la estela de las cuadrigas y el paso de
    las legiones bajo arcos de triunfo sin flores
    ni vítores por batallas pasadas y, al fin,
    tras pasear por el pétreo silencio de las ruinas
    y ensoñar guerreros exhaustos en las viejas termas,
    paga la entrada al suntuoso recinto de
    adoración, pleno de imágenes mutiladas,
    sin que sienta en su corazón el pálpito de
    lo eterno ni en mapa del mundo alguno
    reconozca una patria que no le sea extraña.

    Canto XXXIII

    En la cima del cerro de los vates, el poeta
    evoca una visión del niño que fue. Cuatro
    aguiluchos planean en círculo. Lentamente.
    El sol se deshace. El día se va. Lentamente.
    Cuatro ángeles rapaces vuelan en círculo.
    Bajan veloces. Se elevan. En sus garras llevan
    almas perdidas que dejan caer en la oscura
    ladera de las arpías. Un apagado golpe
    sacude la tierra y ensucia el ocaso.
    ¡Oh, amor mío, amor mío! El niño llora en una
    cuna de leños y el augur alza su tumi ritual.
    El libro es un cordero desollado yéndose en
    palabras. Vermes y hormigas devoran la vida.
    ¡Ay, amor mío, amor mío! Anochece y en las
    orillas del Tíber, un colibrí boquea en el
    barro. Oscura es la vida. Oscura es la muerte,
    dice la Canción de la Tierra. Pronto, la brisa se
    llevará la hoja y también el fragor de la
    guerra.

    ¡Qué sola quedará entonces la piedra!

    ¿Oyes amor, amor mío, las negras aguas del río?

    página siguiente