desterro
de Carmen Crespo
Editorial Contrabando
Colección Marte, Valencia, 2024
Poesía. 75 páginas.
Carmen Crespo nace en Plasenzuela, Cáceres, en 1962. Su trayectoria profesional se desarrolla en la Sanidad Pública. Ha publicado hasta la fecha entre otros los libros Tal vez huésped (ganador de la II edición del premio de poesía Bal Hotel 2012, Ed. Devenir); De música y otras pieles, Ed. Polibea; Todo ardió luminoso, Ed. Amargord; Teselas, Ed. Denes (ganador de la XIII edición del premio internacional de poesía César Simón en 2016 y que fue traducido al inglés por la editorial Publisher Aquillrelle); pájaros, caballos (2017), publicado por Gabriel Viñals y "lana", Ed. Trea (2019).
Es miembro activo y forma parte del consejo de redacción de la revista digital de poesía conVersos. Su libro "en sí ni un solo momento" fue el ganador de la XXXI edición del Premio Nacional de Poesía José Hierro", 2020. En 2021 publicó en la editorial Contrabando roma. Y justo en el 2024 salió también en la editorial Contrabando y Colección Marte desterro, que trataré de comentar, o de expresar mis impresiones de la lectura. En su artículo "Filosofía y horizonte" que la autora publica dentro de su blog nos dice:
(…) "Nos lleva la poesía por oscuridades, descubrimientos, clarividencias y ciénagas; (…) Y nos confronta con nosotros y con el mundo. Y nos lleva de la mano hacia nuevas miradas. (…) Me di a la poesía, me miré en sus mil espejos irredentos. Qué si no. Ella fue la que me salvó de las tinieblas, y me acercó, un poco más, a la oscuridad. Me enseñó pozos profundos donde se pierde pie y donde se mira de cerca al miedo, tanto, que se extravía la mirada; me enseñó a abrir los ojos en la oscuridad." (…)
Y en esas oscuridades, descubrimientos y clarividencias se destilan las imágenes del poemario, a través de un lenguaje quebrado y lleno de incisiones. Una especie de experiencia alucinada con la palabra y el poema, como un enamoramiento próximo a lo místico y simbólico. Con la búsqueda de un no lugar o lugar sagrado que interpela al (tú) poético y que surge en la primera parte "morada" y en su único poema como mostrándonos un camino: "nombrar los sitios/ del poema donde/ desaparecer donde decir/ este lugar" (p.13-14). Y ese lugar o no lugar lo encontramos en "desterro" que da título al libro y que forma el corpus del poemario situado justo en el centro. Y cómo es ese no lugar: "revelación allí donde solo luciérnagas aleteando extravío (…)" (p.21) "en cielo suspenderse ir desmadejando para solo decir" (p.25) "reconocerte en aquel lugar en aquella hora y respirarte en sus resonancias / sus cruces en la bestia misma" (p.27).
También ese lugar o no lugar es paisaje, naturaleza simbólica: "en el atrio reconociste los árboles cuerpos de lo invisible (…) "y tú -de eco en eco arborecías (…) quebrándote a cada rama a cada nudo quebrándote" (p.31). E imbricada en el paisaje la duda: "y si no existiera ese cielo súbita forma de mirar ese acaecer suspendido?" (p.35). Los paisajes abarcan los océanos que el (tú) procuraba atravesar por medio de escrituras lejanas. El asombro del cómo contemplar la vida que fluye o se corrompe: "soledad del árbol su tronco cascarudo y /calloso -su vorágine anilloadentro- los años circulares que nadie mira y/ sin embargo ahí estabas participando de su eternidad o corrupción" (p.41),
Y entonces la constatación de que palabra, poema e instante se resisten, el lugar anhelado pudiera ser lo inefable, ese no poder rozar la experiencia mística o el asombroso delirio, y trasladarlo a la palabra. Pero, de repente algo se atisba, un éxtasis o un misterio empieza a abrirse: "agudísima boca a punto de/ arqueo o a punta de flecha sutura de carne o fruto lengua dando luz a/ lo que agonizaba" (p.50), "y en esas distancias fuiste abandono memoria de lo suspenso (…) de lo raro del poema" (p.53). Más nada se cierra, todo queda abierto, el poema, la palabra como dice el último verso de "testimonio" "buscándose entre sí todavía" (p.69)
Viaje amoroso simbólico a través de un lenguaje que nos transporta a un escenario lleno de imágenes de delirio y de asombro. Viaje inabarcable que no se agota, de un (tú) poético testimonio de la palabra enamorada de las palabras en busca de lo misterioso y alucinante de la experiencia poética.
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