En la llovizna del puerto
de Neus Aguado
Cuadernos de la Errantía, Madrid, 2024
Poesía. 103 páginas.
Neus Aguado, (Argentina, 1955) afincada desde la infancia en Barcelona donde estudió Arte Dramático y se licenció en Ciencias de la Información por la UA. Poeta, crítica y narradora. De su última producción poética, nos sorprendió en el 2014 con su Tal vez el tigre, poemario que tuve el gusto de reseñar, que venía a ser como un epistolario para saber cómo encajar los embates del destino en una existencia para la que no hay claves, pero que, frente a la negación o la oscuridad, decía, hemos de tener fe en algo que vaya más allá de nosotros mismos.
Recientemente en el 2023 publicó 66 maneras de mirar, que según el prólogo de Laura Giordani: "(…) los seres humanos están sujetos a las fuerzas inevitables del destino; (…) Este sentimiento trágico queda maravillosamente equilibrado mediante el humor y la ironía en muchos casos, así como por la liviandad de lo cotidiano. Ese no dejar de estar en este mundo a pesar de que existan otros. Los seres humanos se convierten en dioses, caen al mundo humano, transitan las calles, llevan sandalias azules (…)." ( pág.11).
El poemario que nos ocupa, En la llovizna del puerto, está dividido en cuatro partes, con una especie de prefacio poético dedicado a Federico Gallego Ripoll y Luis Moreno. Aparece en todas ellas la imagen de "la belleza" como eje temático que trata de aglutinarlas. Sus títulos marcan también una referencia significativa respecto a muchos de los poemas que contienen. Por ejemplo, la primera Territorio frágil. En ésta la poeta parece trasladarnos la idea de dualidad entre saber las incertidumbres en general de la vida y estar al mismo tiempo agradecida por ese regalo tan maravilloso que es la belleza. Ésta a veces se presenta inscrita en los mares, esos mares que están unidos a la marca personal y biográfica y al oficio de la escritura.
E igual que en algún otro libro surge también aquí la figura del eremita que representa al sujeto poético, que ha caminado por las aristas de las dunas, pues el aprendizaje de años "contemplando más allá del límite." (pág.25), requiere de sacrificio y dolor. Pero una vez purificada la casa, cuando ya hemos sido atravesados por los años y el tiempo, se tiene un merecido descanso. Y aún así, seamos realistas, parece decirnos la poeta, ahí permanecen a veces las "inclementes aristas" (pág.26), como un pequeño puñal que hace tambalearse la cuestión identitaria cuando "llega la noche y borra/ quien fuiste y quien serás." (pág.36).
Junto a poemas amorosos que expresan también el desamor en la segunda parte titulada Blood Relation, tienen presencia igualmente aquellos seres con vínculos de sangre, el amor destructivo del padre que deviene en enseñanza positiva para el sujeto poético. Y desde luego, la madre como aquel ser estimado, con el que quisieras unirte en su dolor o en sus desvelos, y esto se acentuará más en la tercera parte, con interpelaciones o referencias, por ejemplo, en el poema 60 a la vida de la madre a sus 42 años, lanzada a una patria y a un territorio ajenos. Esta tercera parte viene a ser también como un balance de lo que ha sido la vida "Ha habido desgaste/ de alondras en mi cuerpo", lo no tan deseable, pero también la constatación de que "(…) ha habido el encuentro/ desde siempre/ con lo terriblemente bello." (pág.80).
La cuarta parte titulada El agua del jarrón de las flores del mal, haciendo referencia a Baudelaire y a esa obra concreta, parece transmitirnos cómo hacerle frente al mal que supone "(…) esta ceguera infinita y seguir dando vueltas. / Y no tener siquiera a nadie a quien echarle la culpa." (pág.98). Quizás hay que vencer al mal absorbiendo el propio mal, como dice la poeta "bebo el agua del jarrón de las flores del mal/ y me inmunizo hasta el final." (Pág. 100). Magnífica enseñanza desde la experiencia personal. Libro de madurez y de sabiduría, de lo que en la vida tiene más valor, que no es el haber vencido o ganado, sino el poder estar ahí. Porque estar en la vida significa aceptar y consolarse y tomarse las contrariedades e incluso la maldad, con una cierta porción de ironía, que es también lo que expresan muchos versos "Tal vez no es pérdida/ no haber ganado nunca." (pág.101).
Y como colofón del libro, el bellísimo poema titulado DE REPENTE, EN PARÍS, dedicado a David Pujadó y Montse Ordóñez, espacio en donde volar y reafirmarse en la belleza, como algo maravilloso y vital para los seres que la pueden y la saben valorar, y a la que se le puede perdonar todo. "Deseo y meditación de lo imposible. / Transgresión bajo el reclamo de las aves. / Intimidad de la belleza. / Impunidad de la belleza." (pág.103).
|