Yo comprendo aquí lo que llamamos gloria,
el derecho de amar sin medida
Albert Camus
LA CERTEZA DE LA ALEGRÍA
Escribo palabras analizando
la materia del mar,
un sonido de arena
liberado en los pies.
Es ahora nuestro el invierno,
la conciencia de estar vivos,
la certeza de la alegría.
Recuerdo la forma
de un ave del paraíso:
extiende las alas
y crea un universo.
Somos la gota de lluvia
habitando las nubes,
la luz de la saliva
y sus rendijas,
la lengua del poema
donde se detiene el tiempo
en las alturas de la memoria,
el derecho de amar sin medida.
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NÚCLEO
El tacto existía antes
del dormido silencio en las manos,
un volcán encendido
en la humanidad de las formas.
En la selva sin árboles de la carne
las alas del cóndor crean la belleza,
luminosa presencia del fuego,
dátiles naciendo en el deseo.
Batalla de los labios amando
la huella de la memoria,
la certeza del beso encendido en la copa
donde ruge un gemido de espadas de lava.
En el aire palabras amaneciendo,
manantial de sol,
cráter de vino,
venero de llamas,
cabalgadura de fuente,
reino incandescente del misterio.
Tierra sin peso,
ceremonia tallada de oraciones
en los dedos del sagrado abismo,
puente de amor
donde germina el óleo redondeado del rayo.
Cierro los ojos y se humedecen,
llueve en las entrañas desnudas de tu cordillera,
vuela un águila en la eternidad de los lagos.
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