ALGA Revista de Literatura
nº88-89 - primavera 2023
40 aniversario / 1983-2023




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Enric Velo
  • Lucía León
  • Goya Gutiérrez

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Iglesia de los Franciscanos (Lucerna, Suiza)
      de Enric Velo


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    NILTON SANTIAGO

    NILTON SANTIAGO nació en Lima, Perú, aunque reside en Barcelona hace años. Es autor de El libro de los espejos (2003), La oscuridad de los gatos era nuestra oscuridad (2012), El equipaje del ángel (Visor Libros, 2014), Las musas se han ido de copas (Visor Libros, 2015), Historia universal del etcétera (Valparaíso Ediciones 2019) y, finalmente, de Supercherías (Las hojas del Baobab, 2022). Ha obtenido, entre otros premios, el "Tiflos de Poesía", "Casa de América de Poesía Americana" y el "Premio Internacional de Poesía Vicente Huidobro"

    UN CASTOR SE MIRA AL ESPEJO

    "Ciénaga" es la palabra que usa
    para referirse a un grupo de árboles que han caído de rodillas
    sobre el lago.

    Los vemos, tendidos, acariciando a unos peces que ignoran
    que herirse es igual a elegirse.

    Hasta los árboles más jóvenes tienen marcas de dientes
    solitarias en sus huesos.

    Te detienes y me dices que, para derribar un árbol,
    esperan la luna llena
    y que su poderosa cola les sirve de punto de apoyo
    para atacar el tronco con los dientes.

    No tienen buena vista, aunque pueden ver bajo el agua.

    (Puede que también ellos sean animales solubles
    y que su corazón, como el nuestro, sea 76% agua de lluvia,
    una vieja medusa disuelta en la sístole).

    Tu madre se acerca hasta un árbol herido,
    abre la boca e imita al animal mordiendo el tronco.
    Dices "Biber" mientras haces la foto.

    Hay un riachuelo lleno de escombros que nos guía,
    como a los peces, de vuelta al coche.

    Antes de irnos me agacho a tocar la arena.
    Mi reflejo en el agua son las piedras del fondo.

    Entonces, lo veo. Sí, lo veo.
    Sus pequeños ojos aparecen como escarabajos brillantes.

    Me mira unos segundos y desaparece.

    Como en mi niñez,
    el animal
                       es el otro que me habita.

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