HOY TE QUIERO CONFESAR
Si no me encuentras
búscame entre las costuras de mi espejo,
no llames a la puerta equivocada.
Si no me encuentras
mírame a los ojos
aunque ignores dónde ponen la mirada
y hallarás respuesta a tus miedos,
sin fatigar tu marcha.
El viaje que emprendí
lleva destino a un mágico lugar.
Mas no temas, sigo aquí, al cobijo de tu almohada;
una cita a ciegas fue el motivo
de esa ausencia tan buscada,
y hoy te quiero confesar
que descubrí cuán sencillo es amarme,
mi después ya no quedará por más tiempo
relegado al capricho de otras tardes.
Hoy pienso regalarme algún detalle,
robarle tiempo al tiempo,
abrir la venta al alba,
dibujar sonrisas en el paisaje,
escuchar mi voz cada vez que precise hablarme,
y cuando la oscuridad me amenace,
recoger ese volcán de luz
que ella misma nos ofrece
al cruzar el ocaso de la tarde.
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TÚ ME ENSEÑASTE
Tú me enseñaste a beber de la fuente que no contagia,
a ordenar mi yo, ese que ayer me dañaba;
me enseñaste a respetar mi silencio
sin aullidos de lobos detrás de la puerta
y alimentar mi tiempo
con las cosas pequeñas que agrandan el alma;
tú me enseñaste a coger el timón con firmeza,
a librar sin temor las batallas,
a coser las heridas con hebras de aliento,
a no temerle al frío que el miedo regala;
a ser guardián de mis virtudes,
a eludir las flechas que a traición me lanzan,
abrazar mi centro, a quererme.
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