ALGA Revista de Literatura
nº87 - primavera 2022




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Enric Velo
  • Lucía León
  • Goya Gutiérrez

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Absolutament TOT apunta al centre
      de Carme Just

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Lecturas. Textos comentados

    GOYA GUTIÉRREZ

    Es miembro del Grupo de Poesía ALGA y dirige la revista ALGA desde 2003.
    Ver http://goya-gutierrez-lanero.com/



    El viaje de la sangre
    de Zingonia Zingone
    Huerga & Fierro editores, Madrid, 2021
    Poesía 97 páginas

    Precede al libro una dedicatoria relevante "A mi hijo Lorenzo". El viaje de la sangre comienza su itinerario en el Preludio, primera parte del poemario, evocando el principio cósmico fundido con el yo poético que se preparan para engendrar: "Luz/la esencia del agua/desdoblando su sabiduría en átomos/cinceladas moléculas como embriones/en el mar de todo comienzo" (pág.16). A continuación, el homenaje a la Tierra virgen, segunda parte del poemario, la tierra madre: "La tierra fértil/entrega su vientre a la semilla" (pág. 24). Se inicia un diálogo del yo poético con el fruto, con ese futuro hijo que es la semilla en el vientre de la tierra, en el vientre de la madre contra toda adversidad: "Crecías como un cielo/entre las llamas del vientre/una semilla/desde el averno/remontando las raíces maleadas" (pág.27). Dentro del diálogo hay reflexión, hay preguntas metafísicas: "¿Podrá la inocencia/suplantar los excesos? /Ser la liga que repara/la digresión/del ser." (pág. 31).
    Pero en ese hijo, en ese niño "late el pecado que heredaste/original y específico" (…) "La cruz es el único árbol/que derriba al árbol de su origen" (pág. 33). A pesar de que ese niño tiene su dosis de sol, su papel benéfico de haber sido dotado por la generosidad del universo, la salvación solo reside en la redención de la cruz, en la luz de la fe a la que la madre ha llegado. En "Los sembrados", título de la tercera parte, los versos expresan el sentido cósmico entre la evolución del hombre y el universo en su expansión. Y ese sentido se hermana con el campesino viejo y sabio que lee la lluvia, que sabe los secretos íntimos de las espigas y su fulgor. Pero a esa sublime y alborozada alegría de madre, le sucede el temor del futuro: "Corres sin meta/tu rostro abierto al sol/al viento/a tu destino" (pág. 41) y a continuación la comparación con Abel: "De Abel el justo no quedó/ni una cosecha" (pág.41). Porque entre el oro de las espigas y el sano arrozal están los rojos granos del mal. La contaminación física y espiritual: "Sangre que hoy me ata/al suelo maldito/y sagrado donde renací" (pág. 42). En la cuarta parte titulada "De sequía a riego" hay un despojamiento del yo poético, un vaciarse o un camino hacia el desierto vinculado a lo religioso: "Cruzar mi propio desierto/es la vía" (pág. 46), y el rezo como tesoro para la compasión y el reencuentro con el otro lejano, y el anuncio en paralelo con el universo del despertar del hijo a la luz y a la carne: "el astro en el vientre de luz/se hizo carne/sale a llenar la oscuridad" (pág. 48). Tanto en esta parte como en la que sigue con el título de "Cosecha" se mezcla el entusiasmo materno guiando los pasos físicos y espirituales del hijo que crece, con el transcurrir de la naturaleza: "Los olivos verdecen la colina otoñal. /(…) "dos ramas silvestres buscando/injertarse en el árbol bueno" (pág. 64).
    En el resto de apartados "La trilla", "El pulido" y "El grano", el niño es el protagonista, que también interpela a la madre, que a veces no puede disipar sus dudas: "ama al prójimo como a ti mismo" / (Mamá/ ¿y si uno no se ama a sí mismo?)" (pág. 74). El niño es también testigo del transcurrir de la madre en su sentir piadoso, esta quiere transmitir al hijo las enseñanzas que a ella la iluminaron "(Mira hacia adentro/donde el cielo/siempre se revela)" (pág. 71).
    Y este viaje de la sangre y del diálogo entre madre e hijo y la entrega del mensaje espiritual por parte de la madre culminará en ese: "tú ya sabes/cuál es el alimento básico/para salir adelante" (pág. 93). Culminará en esa fiesta de la Santísima Trinidad a la que se unen madre, padre e hijo, ibis y patos, la salida del sol o ese misterio impenetrable del amor, porque como la poeta nos transmite en unos versos finales: "la procreación revela/el deseo de volver a la unidad". (Pág. 94), unidad que, para mí, desde mi conciencia espiritual, aunque no religiosa, interpreto como el origen y la fuente primigenia de toda existencia.
    Poesía que quiere entregar un mensaje desde la sinceridad de la creencia. Poesía de la maternidad, del amor y la espiritualidad vinculada a la naturaleza y a lo cósmico, desde una óptica religiosa de la fe y la caridad cristianas.


    Mort i vida es simultaniegen al bosc.

    ENRIC VELO

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