ALGA Revista de Literatura
nº86 - primavera 2022




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Remnants de Kayoko Tomono


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    JUAN RAMÓN MANSILLA

    JUAN RAMÓN MANSILLA (Tribaldos, 1964) es autor de los poemarios Los Días Rotos (El Toro de Barro, 2000), El rostro de Jano (Aristas de Cobre, 2001), Posdata (El Toro de Barro, Cuadernos del Mediterráneo, 2003), Fugaz (Biblioteca Añil Literaria, 2008) y Una habitación en rojo (El Toro de Barro, 2011), así como de los relatos C-501 (Baluerna, EACSA, 2002) y Tu voz, la mía (Malena, 2007). Ha codirigido la revista "El Timbre" y, con el poeta y editor Carlos Morales, el suplemento cultural El juglar de la Frontera y la revista Hilos de Araña.

    DE CÓMO VESTIR PARA ESCRIBIR POEMAS

    Temprano en la mañana baja a la cocina, hace café
    y escribe poemas en calzoncillos.
    No es demasiado puro para hacerlo sin ropa
    ni tan formal para vestir del todo.
    En calzoncillos puede sentir el frío ascender por sus piernas,
    dejar en su vientre un cosquilleo cercano a la inspiración.
    En calzoncillos se encuentra en el borde del camino.

    Toma el café y fuma.
    Las madejas de humo se enredan en el techo.

    Imagina formas en las nubes solo que en un cielo adentro.
    Un ornitorrinco, la proa de un velero, acantilados.
    A menudo una calle en la que suena el chiflo de un afilador.
    En el frutero, enrojecida, qué pequeña la luna.
    Con solo alargar la mano puede cogerla, partir un gajo,
    morder en su carne un rescoldo del ayer.
    Las naranjas, recuerda, le hacían desear el invierno.
    Escribir en calzoncillos, piensa, es volver a ese invierno.
    Cuando no escribía poemas,
    cuando eran reales las nubes.

    Cuando todo era la pulpa y el jugo, un lento mordisco y bienestar.

    DANTE TAMBIÉN MAÚLLA

    Mi gato se llama Dante. Cuando llegó ya tenía nombre.
    No sé si fue destino o casualidad (esa puerta trasera del destino)
    En la noche se tumba sobre mí y ronronea su versión de Paradiso.
    Quizá sueñe con selvas oscuras, en hallarse a mitad
    de cualquier sendero o con lugares a los que volver desea.
    Dante duerme en círculos.
    Se aovilla apresando mi mano entre sus patas.
    A veces la lleva a su cabeza y la guía para que le rasque.
    Dante es Virgilio en esos momentos
    y mi mano el vate al que conduce de un círculo a otro.
    Mi otra mano no basta para sostener libros en gran formato.
    Con Dante no puedo leer a Dante.
    Con Dante la Comedia es otra.


    Casa Milà - La Pedrera (Barcelona)

    ENRIC VELO

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