EL AMOR MATERNO
Piensas de verdad que esa persistencia en la tonadilla
al son del baile de las hijas
justifica vestirlas con multicolores trajes cosidos
para avergonzarlas
o que las campanillas del capuchón
estén pensadas para aturdirlas al moverse
y así saber a cada momento
dónde se encuentran
Si crees que el ardor de sus manos es lo peor de todo
y la obediencia atávica de las pequeñas sirvientas
al barrer su reino
fregar a su paso ir a la compra
de los ingredientes para sus convites
o hacer las camas reales
les resulta a sus madres suficiente
…imagínalas en este poema
que ellas no pueden leer
sin cruzar el espejo
desconocidas para sí mismas
castigadas en la mascarada
:
los dorados ojales saltan histriónicos,
los botones se abren como granos maduros,
las dudosas capuchas incongruentes,
silenciadas en el suelo
cuando cada hija descifra
los anhelos de su especuladora
y coge a la adulta desprevenida
siempre deshojando la flor
:
"qué soy yo si te sueño qué soy si no te sueño",
todavía no el obsequio de alguien,
pero tampoco
una olvidada criatura en su nombre de agua
…creando la utopía, el consuelo
que al niño cansado de desafectos
le susurra
:
entra en palacio
tus dientes de leche te esperan,
deja que haya cuatro soldados dormidos
apoyados en columnas de piedra,
las lanzas
caídas en el suelo,
deja que en la antecámara el perro guardián sueñe su hueso
y que en el largo pasillo que lleva a la sala del trono
los mayordomos abandonen las bandejas
y las copas,
deja sobre los tronos a los reyes
sin exigencias con sus súbditos,
sumidos
en el espíritu del vino,
deja la armería desguarnecida
las caballerizas despobladas
mientras las columnas de la heredad
caen unas tras otras
deja a tus párpados cerrarse
y que en la única torre en pie por las celosías
entreabiertas
entre el horizonte por destino
y al fin deja a la erosión hacer su labor
que se extienda y extienda
una vez más
sobre cualquier evidencia
Del libro inédito Fuera del día
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