ALGA Revista de Literatura
nº85 - otoño 2021




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Escultura de Maïs (Jorba)


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    MARIAN QUINTILLÁ

    Es miembro del Grupo de Poesía ALGA. Ver: http://www.poesiaalga.org/

    TORNOS1

    Se me hicieron los ojos a los azafraneros,
    sus espaldas oscuras cruzando mi silencio,
    las suelas en el frío, la flor más delicada
    atisbando la aurora sus estigmas de fuego
    apenas un instante antes de ser robada.

    A los mares de trigo se me hicieron los ojos
    con el sol despiadado contrayéndome el rostro,
    las caricias de manos con olor a lejía;
    entre estambres y pétalos, las mujeres en corros
    desflorando unas tardes que pensé que eran mías.

    Y a la nieve, como puro fanal, se me hizo el alma:
    el milagro más bello, la alegría más blanca,
    juramento irrompible sin saber qué jurábamos,
    alfiler de nobleza que hacia el norte señala
    aun sabiendo que el rumbo se nos va de las manos.

    Dúctil, se me hizo el alma a aquel cosmos de amores,
    al camino a la ermita, los amigos de entonces...
    a los cuartos sencillos de la casa del médico,
    mi familia hecha carne de mis propios albores
    y saltar calle abajo por salir a tu encuentro.

    Nos marchamos de pronto. Aún estoy contemplando
    las figuras queridas agitando las manos
    por el cristal del coche. No viniste aquel día.
    Saqueado mi mundo, desde mis pocos años
    aprendí para siempre el sabor de la herida.

    1Tornos es el pueblo donde nací y donde viví los primeros años de mi vida. Pertenece a la provincia de Teruel. Está situado en el Campo de Bello, próximo a la laguna de Gallocanta. En aquellos años, era importante en el pueblo el cultivo del azafrán. La flor, que brota en otoño, se recoge a mano en cuanto se abre, en las primeras horas de la mañana, para evitar que el sol queme los estambres, que constituyen la especia y que el mismo día se separarán de la corola para ser posteriormente secados.

    TODAS LAS RISAS

    No nos quedó en el cofre
    de las semillas
    ni una sola risa guardada
    que pudiera ser fósil o ser moho.

    Hubo invisibles torrentes de alegría.
    Jugamos, divertidos,
    al ingenio más bobo
    tantas veces
    que hasta desafiamos la paciencia
    del ermitaño imperturbable.

    Resquebrajamos bajo el hierro viejo
    las contumaces cáscaras de las almendras
    y fuimos tanto invierno como estío.

    Hicimos crujir las hojas de los periódicos
    y los papeles que envolvían los regalos.

    Ya nos había mordido
    el áspid que acecha la cuna,
    mas qué importaba
    si nos teníamos.

    Y ahora,
    cuando el tiempo expone impúdicamente
    lo que fue y lo que no,
    brilla en el aire como hoguera
    cada una de esas risas consumadas.

    Y así,
    no necesito arrepentirme.

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