ALGA Revista de Literatura
nº83 - primavera 2020




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Dolça i salada, de Elvira Rodríguez Roura


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Páginas centrales

    TALLER DE LITERATURA



    María Ángeles Pérez López

    Foto: Ana Portnoy

    "Un decir poético: María Ángeles Pérez López", por Antonio Colinas y Juan Carlos Mestre
    "La Poesía de María Ángeles Pérez López: Una escritura de las cosas y los cuerpos", por José María Balcells
    Nota biobibliográfica
    Selección de poemas: María Ángeles Pérez López


    LA POESÍA DE MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ:
    UNA ESCRITURA DE LAS COSAS Y LOS CUERPOS

    Por José María Balcells

    Nacida en Valladolid en 1967, la trayectoria poética de María Ángeles Pérez López puede considerarse bibliográficamente comenzada al estamparse en 1997 su Tratado sobre la geografía del desastre, obra a la que sucedió en 1998 La sola materia. En el cruce finisecular daría a conocer Carnalidad del frío, libro aparecido en el año 2000. A partir de entonces, sus conjuntos de poesía van a irse publicando con más separación cronológica. La ausente se editó en 2004, Atavío y puñal lo haría ocho años después, en 2012, y asimismo de la segunda década del nuevo siglo, en concreto de 2016, data Fiebre y compasión de los metales.
    En la poesía española de los noventa del pasado siglo, así como en los lustros de comienzo del presente, empezaron a surgir muchas poetas, y se prodigaron, en su virtud, las propuestas estéticas diferenciadas, algunas bien originales. En ese mapa tan abundante como diversificado, resultaba muy complejo ir apuntando determinados rasgos que se fuesen distinguiendo como voz progresivamente propia y distinta merced a los asuntos preferentes, a las perspectivas elegidas, y a la palabra rítmica y poética plasmada.
    Pérez López encontró desde muy temprano los principales pretextos, cauces y estrategias literarias en las que se inscriben las claves más sustanciosas de su lírica. Según mi apreciación, los asuntos que más la caracterizan serían el de las cosas cotidianas vistas a un trasluz inesperado, y asimismo los emergentes relativos a las que pudiéramos tener por más hodiernas inquietudes humanas, especialmente en la mujer, y en las sociedades occidentales.
    Ha podido afirmarse, a mi ver convincentemente, que en la escritura poética española femenina ha prevalecido el factor de la cotidianidad. En esta línea la poesía de María Ángeles Pérez López no ha supuesto una excepción, pero sí ha sido singular que su poética de las cosas, de las más cotidianas, sencillas y domésticas, así la cuchara, el hilo, el vestido, el armario, y aun aquellas de carácter tecnológico, las lavadoras, por ejemplo, las tamice un prisma en el que se proyecta, como se aprecia sobre todo leyendo La sola materia, su vertiente misteriosa.
    También su inocencia es suscitada, incluso cuando sirvieron las cosas como instrumentos dañinos a personas y otros animales, así las que son filosas, cortantes, ganchudas, en los versos de Fiebre y compasión de los metales. Como síntesis de tales aserciones, pudiera decirse que uno de los vectores de la escritura de Pérez López cabe entenderlo como una poética de la mujer en medio de las cosas y sumergiéndose en el interior de ellas.
    Entre los distintos asuntos abordados por la poeta vallisoletana y que más condicen con inquietudes muy propias de la cultura de nuestro tiempo, subrayaría como uno de los más sostenidos, y por ende representativos, el de la escritura del cuerpo, del cuerpo de la mujer, como si esa escritura brotase a veces de ese mismo cuerpo. Merced a esa vertiente lo corpóreo se siente vibrar, se atestiguan su pálpito y su piel, se sufre, es violentado, se criminaliza, se goza eróticamente, se ensalza, se ritualiza, se reivindica y, a través de la palabra poética, el cuerpo se dice como vida y se dice en el verso. Incluso llega por momentos a plantearse una ontología corporal y un saber atesorado por el cuerpo de la mujer a lo largo de la historia. Este saber de algún modo perviviría latente, acaso de una manera intra-histórica en cada una y en su contexto, al margen del grado de conciencia de ese legado genérico interno que pueda percibirse y manifestarse en personas determinadas.
    Es este un asunto que aflora en Tratado de la geografía del desastre, no sin asociarse en ocasiones a simbolismos, así primordialmente el de la piedra. Se recupera en versos de Carnalidad del frío a través de opciones variadas e incluso contrapuestas: desde un sometido padecer que puede llegar a las agresiones físicas violentas hasta un erotismo decididamente lúcido orientado al disfrute placentero.
    El cuerpo sigue potenciándose en La ausente, ahora abriéndose al prisma de la pertenencia humana a la naturaleza animal. Este ángulo de enfoque, que responde a un principio ético de igualdad entre seres sintientes, empareja en este conjunto inusitadas plasmaciones poéticas de índole vegana y poscárnica que son contrarias a planteamientos especistas de explotación de los animales no humanos como recursos al servicio del hombre.
    En el conjunto Atavío y puñal se ahonda en la compenetración de la mujer con las cosas entre las que alienta, condoliéndose de ellas por antonomasia de manera intensa en cualesquiera tiempos y lugares. Se alcanza en este punto la máxima universalidad posible, superadora de etnicismos, en las calas líricas de la poeta vallisoletana en las que concibe a la mujer como cartografía humana en torno a la cual pivota la cálida temperatura interna del mundo.
    La prevalencia de la corporeidad de género en la poesía de Pérez López se hace explícita en virtud del extraordinario protagonismo que los sujetos femeninos van adquiriendo a lo largo de sus libros, en especial a medida que progresa su trayectoria literaria desde La sola materia. En el recién referido libro Atavío y puñal, y a través de perfiles diferenciados de mujeres, se indaga poéticamente en la condición de la mujer en contextos societarios y temporales distintos, atisbándose una posible condición humana de espectro muy generalizable y vislumbrada desde microcosmos individuales y anecdóticos de arraigo y pertenencia.
    Tocante a su palabra lírica, la ha decantado hacia una limpidez verbal y constructiva muy seductora capaz de subyugar a lectores de poesía exigentes en los vuelos de su dicción. La desenvuelve en el seno de configuraciones poemáticas que fluyen sin pautas prefijadas, y la encauza en una rítmica varia en la que el verso corto se emplea con trazo fino y preciso, y en la que los endecasílabos, ritmo clave y sostenido en su lírica, se plasman con una admirable solvencia de pátina clásica que se sitúa al margen de estrategias deconstructivas rupturistas.