ALGA Revista de Literatura
nº83 - otoño 2020




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Dolça i salada, de Elvira Rodríguez Roura


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Lecturas. Textos comentados

    CARI ORIOL SERRES

    CARI ORIOL SERRES. Licenciada en Filosofía y Letras (Sección Románicas) y en Filología Catalana por la Universidad de Barcelona. Catedrática de Lengua y Literatura Españolas. Guionista de textos para el teatro y crítica de arte, fotografía y literatura. Colabora en las páginas de distintas revistas (Rilce, Cátedra Nova, La veu d'Àfrica, Afkar Ideas, Anthropos El Full, Setmanari de l'Empordà, Alga…) Miembro de la Asociación "Passatges de la Cultura Contemporánea" dedicada al estudio de Walter Benjamin, al exilio y Holocausto.



    Mundos
    de Gertrud Kolmar
    Edición de Berta Vías
    Editorial Acantilado 2005
    72 páginas


    Holocaust-Mahnmal o Monumento del holocausto, Berlín.

    ENRIC VELO


    GERTRUD KOLMAR: MUNDOS

    Arbeit mach frei, leería Gertrud Kolmar al traspasar la verja de entrada al recinto de Auschwitz, campo de exterminio nazi donde se aplicaba la "solución final" Allí fue conducida por su condición de judía. Es posible que muriera en el mismo trayecto, de frío o de asfixia o de cualquier otra de las penurias. Su ingreso no fue registrado, lo que significaba que llegó fallecida o que fue asesinada en las cámaras de gas el mismo día de su llegada. En ambos casos, no se molestaban en tramitar su registro. No hacía más de un año, sacrificaron en el mismo lugar a Iréne Nemirovsky, ya célebre novelista. Y tantas otras mujeres judías y escritoras. Un genocidio étnico y literario. Es el caso de Gertrud Kolmar, considerada ya en aquel entonces una de las mejores poetas en el idioma alemán.
    Su primer poemario data de 1917: Gedichte (Poesías) En los felices años veinte, sus versos figuran en revistas y antologías alemanas. El último: Werten (Mundos) cierra su obra en 1947, a título póstumo. Gracias a Acantilado, gozamos hoy de una excelente traducción de Berta Vías. Fueron casi veinte años de creatividad literaria, reconocida y valorada, arte que prometía un largo camino, que el destino truncó.
    Gertrud Kolmar siempre quiso ser poeta y lo fue sin duda. Lo relevante es el sentimiento que poseía hacia la poesía. Se sentía poeta. Así lo manifestó en una carta a su hermana Hilde de 1941: "soy poeta, sí, eso sí sé; pero yo nunca quise ser escritora" Y lo era también. Nos dejó novelas, como la sugerente Susana o la visionaria La madre judía. Apreciaba, y mejor dicho, sentía, que en el acto de la escritura y de la creación literaria, la poesía ocupaba un lugar sublime, en un marco de la más pura espiritualidad y reflejo de lo más íntimo que somos capaces de sentir.
    Era prima de Walter Benjamin, ambos de Berlín. Sus familias burguesas y acomodadas les depararon una infancia entre algodones. Los dos recordarán esta etapa como la más feliz de sus truncadas vidas. Walter Benjamin se suicida en el pueblo fronterizo de Portbou en su huida del nazismo en 1940 y su prima Gertrud, en 1943 en Auschwitz.
    ¿Cómo eran estos mundos reales o poéticos? De carácter se parecía a su primo. Gertrud fue siempre una solitaria por temperamento. Tras los desengaños y frustraciones vividos, esa postura se volvió más recalcitrante. No debe sorprender que fuera creando su propio mundo, integrado por animales y plantas, sus auténticos compañeros en la vida. Su imaginación volaba a menudo hacia paraísos exóticos, fruto de sus lecturas y de un gran deseo de evasión. El mundo real se le fue derrumbando y le generó sus miedos: la soledad, la vejez, la muerte… y la acuciante amenaza del nazismo. Horas interminables de lecturas alternaban con sus creaciones poéticas y literarias hasta el punto de constituir el sustento anímico de su vivir. Adoptó un lenguaje simbólico como medio de expresión elegido entre sus queridos fantasmas: el paisaje y los animales.
    Vivió dos tragedias. Una de carácter personal, concernía a su relación con el oficial Karl Jodel, la ruptura y las secuelas que le conllevó: un embarazo que terminó en un traumatizante aborto al parecer sin su deseo. Esta maternidad frustrada la llevará consigo siempre: "No sé cuándo vendrá / para que pueda tocarle con mis manos: / con rizos oscuros en la frente / y un lazo rojo"
    La otra tragedia fue ser judía, un drama y una amenaza premonitoria: "El camino que quiero tomar lleva a la muerte / El camino que quiero tomar lleva al lamento / y todos los guijarros gritan, / gritan de aflicción" Su vida se irá llenando de carencias, como la pérdida de su casa de Westend con su jardín y sus plantas. Diálogos truncados con sus seres tan queridos, pérdidas que solo podían llevarla a la ensoñación: "Vivir esta vida no es difícil. / Pero es ciertamente difícil existir en esta vida".
    Brutal, intensa, feroz… imágenes kafkianas, mundos en completa metamorfosis. Peces que se transforman en pájaros y vuelan hasta hacer caer las estrellas.
    Leer Mundos es conocer el Alter ego de Gertrud Kolmar.

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