EN EL PATIO
La infancia es el momento
de la eternidad, del no tiempo,
de las flores inmarcesibles.
Del cielo azul y limpio
surcado en ocasiones
por algodones de azúcar.
Es también el no tiempo
de las esferas de cristal
con gajos de colores,
de la bailarina furiosa
que danza en nuestras manos,
de los pájaros de papel
cabalgando a lomos del viento…
Pero la vida pasa
y se asienta el sí tiempo,
la premura insaciable
y el pasado que siempre torna,
a veces inhóspito páramo,
a veces cálido refugio.
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FOTOGRAFÍAS
I
Un trozo de cartón
y la luz atrapada
en bromuro de plata
conforman una imagen,
un trozo de memoria.
Cuando tomo la caja
donde están encerradas
siento sobre mis dedos
el agridulce
peso del tiempo.
Allí yacen dormidas
en su sueño profundo
preñado de nostalgias
hasta que al fin mis ojos
hollando en la penumbra
de nuevo las despiertan.
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II
Pasan las fotos
ante mis ojos.
Son alegres viñetas
del cómic de la vida,
de la lejana calle del Percebe.
Instantes detenidos,
sonrisas congeladas,
memoria deslizándose
en dulces toboganes.
El papel y la sal
apenas resucitan
personas y paisajes
que hace tiempo se fueron.
Pasan las fotos
ante mis ojos
como las ventanillas
de un tren que nunca para
al llegar a la estación del presente.
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