ALGA Revista de Literatura
nº82 - primavera 2020




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Previ a la gran fuga 1, de Miriam García Troncho


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    ENRIQUE VILLAGRASA GONZÁLEZ

    ENRIQUE VILLAGRASA GONZÁLEZ nació en Burbáguena (Teruel), en 1957. En la actualidad reside en Tarragona. Periodista y lector de poesía. Ha escrito diversos libros de poemas. Ha sido incluido en varias antologías y están traducidos algunos de sus poemas a otros idiomas: al árabe, al francés, al italiano, al húngaro, al inglés, al ruso, al chino, al rumano, al croata y al portugués. Colabora como crítico en Librújula, librujula.com, Turia y Alhucema. Sus últimas publicaciones son Queda tu sombra (Huerga & Fierro, 2019) y La poesía sabe esperar (Igitur, 2019). Está incluido en la Antología de poesía aragonesa del siglo XXI (Parnaso 2.0, Gobierno de Aragón, 2016).

    1

    No me llamarás más frívolo espejo,
    por ser el más altivo actor de escena,
    pues mis ojos haciendo de mirones
    han trazado la ruta sin estrellas.

    Señora tras amores de doncellas,
    sin fuerzas, por llorar, me voy al lecho.
    Cómo recuperar feliz estado
    cuando en desgracia me hallo con fortuna.

    Son mis momentos de dulce silencio
    enriquecido mi pecho con dicha
    tras sobrevivir al venturo día.

    En gloriosa mañana ya con gula
    te prometo hermosísimo trasiego.
    No te aflijas jamás por lo que hiciste.

    2

    Todo espera en la ribera del Jiloca, iluminado
    por el frío cierzo y claro sol, luz de sus ojos.
    Aquellos suaves besos de fuertes abrazos,
    versos de un tiempo del amor más olvidado,
    tal vez sean hoy un vil y torpe recuerdo.

    Déjame confesar que nosotros somos
    como un decrépito fulgor; disfruta
    cómo mi poesía puede carecer de temas:
    cómo no puedo contar lo que a Burbáguena se debe.
    ¡Ten todos mis amores, pueblo mío, sí, tómalos todos!

    ¡Ay esas pequeñas faltas que la libertad comete!
    Que ahora no sea tuyo, no es lo que más me duele,
    pues cuanto más los cierro, más mis ojos ven
    que la ligera enjundia de mi ser nunca será

                                                                                tu pensamiento.

    3

    Hay otros dos ecos, el sutil cierzo y el fuego de leña.
    La infancia no regresa, allá en mi pueblo. Sí en Tarraco.
    La noche mediterránea solo trae alegría y más tristeza.
    Y mi garganta no es cantera de gritos ni juramentos.
    La voz he perdido. Necesito una forma de belleza
    a la que cantar, otra vez. Tu voz esta fría, apagada.

    Mis ojos y mi corazón estuvieron en mortal guerra:
    ayer entre mis ojos y mi corazón se estableció un pacto.
    Su nombre y mi canto se borró, de este modo voy llorando.
    Por todos es conocido: el cuidado que tuve, cuando emprendí mi viaje.
    Hacia un bosque de árboles de profundas y densas raíces.

    Contra ese tiempo, si tal tiempo llegara, y la muerte acompañara.
    Qué dulzura viajar por el camino de la fuente a la vía, a la viña.
    Así puedes disculpar la fastidiosa tardanza en regresar,
    yo soy el trovador a quien bendita lectura abre la puerta del ayer.

    ¿Qué sustancia es la tuya, de la que estás formada Filosofía?
    ¡Cuánta más hermosa parece la hermosura: Réquiem de Fauré!
    Ni el mármol ni las silenciosas lápidas del cementerio de Burbáguena.

    Dulce amor, renueva tu fuerza, no se diga: Altísimo, omnipotente, buen
    señor. Siendo yo tu siervo qué puedo hacer sino esperar a la hermana muerte.

    Permita Dios, que en todo me hizo ser, que le dé gracias con humildad.

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