el poeta no es un escritor
es un artista plástico
del sonido
dibuja trazos
para que suenen
coloreándolos
rellena huecos
y los aprieta
a pura mordedura
haciéndolos sangrar
de vino viejo
hace aullar vocales
para que después
las arrulle
el placer de decirlas
entreabre puertas
para que apenas
se vislumbre
el apacible rumor
de la sombra azul
de los versos
edifica paisajes
en el aire
los desmorona
y cuando la tristeza
gris
extiende
su mirada de lejanía
se desabriga
de frío y líneas planas
revolcándose de luz
en sus amantes
más queridas
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mis amigos
los que huelen a música
y hablan de señoras
muchachas olorosas
y vecinas pícaras
qué grandes que son
frecuentan las esquinas
que ya no existen
y extrañan las farolas
conocen las bodegas
más bohemias
tangueras
y gastan vino tinto
cuando emborrachan las tardes
de nostalgias
mis amigos
se conocen
las delanteras del cincuenta
las busecas
los asados
y el teorema
del negro pitágoras
para la leña
aprendieron
a caminar despacio
tienen dentaduras nuevas
y cuando sonríen
se les arruga el alma
de tristeza
esos muchachos
que ya se encorvan
pero
qué grandes que son
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