ALGA Revista de Literatura
nº81 - otoño 2019




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Marga Gil Roësset 1930


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Páginas centrales

    TALLER DE LITERATURA


    Federico Gallego Ripoll


    Introducción: David Gomez-Cambronero Madrid
    Bio-bibliografía
    Selección de poemas: Federico Gallego Ripoll


    Selección de poemas

    (POR EL AIRE VAN BARCOS...)

    (Por el aire van barcos donde el vigía duerme.)
    Las sirenas reclaman los restos del naufragio.
    Cadáveres de niño perfuman de albahaca
    y de cera quemada la panza de las nubes.

    Ainadamar erguida tras su llanto detiene
    el canto de los gallos, los trenes y la vida.
    (Por el aire van barcos con banderas doradas.)
    El vértice de un beso puede tronchar la tarde.

    Retornan hasta el pino los pájaros mojados.
    (Por el aire van barcos desesperadamente.)
    Se escucha cómo crecen los brotes de la hortensia.
    Alguien pinta de malva la cresta de las torres.

    Me oculto bajo el puente para oír la tormenta
    como un niño valiente que ya no te buscara.
    Polizón en mis ojos, tu nombre me ha vencido.
    (Por el aire van barcos donde nos abrazamos.)

    (HERMOSO GAVILÁN DE ALAS TRONCHADAS)

    Hermoso gavilán de alas tronchadas,
    dulce amargor y heridas por el borde:
    qué incierto rumbo por tu bosque dejas
    al niño que murió cuando naciste.

    Has preferido el hacha a la madeja
    equivocando el filo de la tarde.
    Te has perdido definitivamente
    miedoso ante la sombra de tu cuerpo.

    Te llamo entre los cedros y las hoces,
    te reclamo con dejes de paloma,
    tiendo trampas de paz a tu alma en guerra.

    Te engañan las trompetas que presientes.
    Lo que piensas tambor del enemigo
    sólo es tu corazón, que está cansado.

    (De Poemas del Condottiero)


    Perder las alas...
    FEDERICO GALLEGO RIPOLL

    METAMORFOSIS DE MAE WEST

    Surgiremos del mar no en redes no en espuma
    acantilado puede quizás en caracola.

    Ven y abrázame.
    Muere.
    Muere de amor por mí, por mí, conmigo.

    Toma,
    comamos tierra, tierra, hasta acabarla.

    (De Libro de las metamorfosis)

    (SI SE ROMPE LA LUZ...)

    A Claude Collet

    Si se rompe la luz tú la recoges,
    la limpias, le numeras los fragmentos
    y la vas levantando poco a poco
    con goma arábiga y paciencia.

    Al día siguiente puedes
    ponerle dentro el mar o una docena
    de huevos
    o la voz de una niña.

    Nadie

    dirá que no fue alegre
    en un momento,

    nadie

    dudará de esa desnuda
    plenitud sin cicatrices, de esa
    profundamente aérea transparencia.

    PARC GÜELL - MARÇ - TARDA

    A Patricio Caba

    Tiene la balaustrada silicosis
    y tos la fuente

    trepa la humedad

    por los amantes, zócalos
    hierbas hidras, los amantes,
    la tarde evaporándose
    sobre el cuenco de vidrio verde donde
    beben los pájaros

    por tus ojos

    con un poso de menta en el que enfrían
    las torres sus bronces milenarios
    sus campanas

    Riace

    las pupilas vacías de los
    barcos.

    (De Tratado de Arquitectura)

    (ALGUIEN PARTE AL EXILIO)

    Alguien parte al exilio.

    Y no sé si soy yo
    el hombre que se va
    o el país que se queda.

    (De Caín)

    AUTORRETRATO

    Asesínate pronto.
    Sólo podrás vivir cuando el espejo
    te refleje a ti solo, ya sin ti.

    No hay aire suficiente
    para tus cuatro alas.
    Sobran el fuego o la tiniebla.

    Decide.

    Yo ya he elegido amar al que destruyas.

    TU SILENCIO

    El silencio de tu boca es verde,
    verde ojeroso y frío, como a punto
    de diluviar o de que sople un viento
    capaz de levantar cercas y puentes.

    El de tus ojos es dorado, un silencio
    de día de fiesta, de tarde junto al río
    con un libro y amor por compañía.

    El silencio de tus manos es rojo.
    Es un silencio que no calla,
    un silencio de puertas abiertas,
    de ropa blanca puesta al sol,
    un silencio que sabe diez idiomas
    y el único idioma.

    TENER DOS CASAS

    Tener dos casas sirve
    para repartir los libros,
    las camas, las caricias,
    los platos, el licor.
    Para que pesen más las llaves.
    Para echar siempre de menos
    el otro olor,
    o ese rayo de luz por la ventana,
    o los pájaros que vuelven.

    Nada es igual:
    ni la siesta,
    ni la tormenta.
    Ni tú eres el mismo
    cuando te miras en distinto espejo,
    cuando te peinan con distinta mano.

    (De Escrito en no)


    ARCANO I - EL MAGO

    Vicente Aleixandre

    ¿Sabes? En Velintonia los fríos hoy de pronto han revelado
    sobre el cristal tus huellas entonces todavía eras el peso
    de una mano que el aire sujetaba a la tierra pero ahora
    atisbo y son tus huellas Málaga por noviembre por Sevilla.

    Y restriego mis ojos y la luz no se oculta caminabas
    con paso quedo y niños intuían que aquél era el Poeta
    y alfombraban de asombro tu camino que en Velintonia el frío
    descuelga los geranios pero tu voz planea y no me duermo.

    La huida de tu sombra no del todo estelando sobre el mar
    y acaso se encendieran tus ojitos de enfermo en la mesilla
    frío ya el té y mi espalda llena de verbos tuyos boquiabierta.

    Que por el tiralíneas los vencejos buscaban una hondura
    donde morirse y nadie en Velintonia engrasa la cancela
    mientras creces sin cuerpo y en tu idioma se querían, sabedlo.

    ARCANO XVII - LA ESTRELLA

    Juan de Yepes

    Llenar de luz la luz. Una naranja
    de luz jugosa y dulce. Un enemigo
    tronchado por la luz. Ciego de luz
    existo, soy, estoy, hilo, navego.

    Tacto de luz, ternura a la que acudo,
    acuciante temblor, voz travestida
    de noche en luz, de cinta negra en luz.

    Juan de la Cruz escribe en las paredes
    que esperan cal y pájaros reciben
    de luz alados, de mudez vestidos,
    anidando en tinteros bajo claustros
    sonoros por el agua de la luz.

    Hondo pozo de amor, sed retenida.
    Honda hondura del alma, luminosa.

    (De Tarot)


    (SON LOS PÁJAROS QUIENES ALZAN...)

    Son los pájaros quienes alzan el día para el ciego.
    Se oye la luz colgada de los árboles
    y un trasiego de sangre acelerada que acumula en los tímpanos
    los latidos hurtados a la noche.

    Amanece.

    Tibias gotas de azul salpican de mañana
    el parabrisas de los coches.
                                               Alguien, equivocado,
    ha abierto su paraguas creyéndose que llueve.

    (ABRO MI MANO; MI MANO HABLA)

    Abro mi mano; mi mano habla.
    Habla mi mano a tu mano que escucha.
    Besa mi mano el cuello de tu mano,
    y sus lenguas se buscan y se encuentran.

    Palabras.

    Hilo palabras, engarzo palabras en torno
    de tu desguarnecida capacidad de asombro,
    de tu sed.

    Las palabras

    son la luz que nos muestra los rincones más íntimos.
    Y ventanas. Por tus manos yo miro. Tus palabras
    dejan salir la luz desde tu hondo húmedo.
    Yo me mojo de luz, de manos tuyas, de palabras tuyas.

    Y no acaban los días del lenguaje mientras mis manos,
    mientras tus manos, oigan.

    (¿QUIÉN ES ESTA CIUDAD?)

    ¿Quién es esta ciudad?
    ¿Quién soy esta ciudad?
    Habito forastero.
    Me habitas forastero,
    siempre dispuesto el equipaje,
    siempre un pie en el andén
    y el inventario hecho,
    siempre franca
    la posibilidad de pérdida, de huida.

    Soy rico.
    Cada vez tengo menos cosas.

    (De Ciudad con puerto)


    Habla mi mano...
    FEDERICO GALLEGO RIPOLL


    (ARDER SIN LLAMA)

    Arder sin llama
    como el picón.

    Ser sólo

    la combustión interna de las cosas.

    (NO ATARDECEN LOS DÍAS)

    No atardecen los días:
    los ojos que los miran atardecen.

    Ni crecen las cosechas:
    los niños al crecer las soliviantan.

    Ni se consume el tiempo:
    los labios que no besan lo deshacen.

    Es la luz, el sol, la luz
    quien da profundidad a la raíz,
    ciego tesón de náufrago,
    de condenado a vida.

    Si crees en sus alas,
    nada vuela más alto que tu mano.

    (DESCALZO MI MIRADA...)

    Descalzo mi mirada para leer tu nombre.
    Descalzo mi memoria para pensar tu nombre.
    Descalzo mi palabra para decir tu nombre.

    Tú, que no tienes nombre.

    Sin tu nombre te nombro.

    Te nombro

    para oírme existir mientras te nombro.

    (QUIÉN SABE, DESDE EL CENTRO...)

    Quién sabe, desde el centro de la herida,
    dónde se halla su borde,
    y qué profundo el lecho, y cuánto
    el tiempo de la travesía, y cuál
    el precio del olvido.

    (De La sal)


    SIEMPRE

    Siempre arde el aire por lo más oscuro.
    Obstinación es la palabra. Siempre
    la cerbatana apunta al corazón del brote
    más tierno del acanto, al cuello
    azul del pájaro que brilla. Siempre
    es la mirada leve quien más fija el anzuelo,
    aquella por
    la que podemos deshacer la hacienda,
    desheredar al hijo y condenar el pozo.
    Lo que a leyes no atiende su quebranto,
    ni restituye el hurto, ni a la ofensa responde.
    Siempre asciende el silencio hasta hallar la campana
    que dispare en su sien, y todavía
    alguien ordena al mar, inútilmente,
    que se abra en dos ante el amor que escapa.

    No dejes que mi madre se despierte:
    Siempre me están matando en algún sitio.

    OFICIO DE TINIEBLAS

    Permanece la luz
    aunque el día complete sus funciones
    y los ojos decanten sus fluidos.
    El oficio de ver
    está en el centro mismo de las cosas.

    Lo que ve es el afán de ser mirado.
    Lo perpetuo que existe en ese ritmo
    de ser visto y de ver.

    Mirar es respirar más allá de la vida.
    Poner los ojos sobre el mundo es darle
    nuevamente razón de ser.

    Mirar

    y ser mirado es ser
    la posibilidad de la memoria,
    ser recordado, recordar, ser ámbito
    sobre el que no se extinga lo cesante.

    No muere la mirada aunque muera quien mira
    y muera quien, mirado, permanece.

    EL AIRE Y LA MIRADA

    Perder las alas no
    quiere decir perder el vuelo.

    Ni
    perder los ojos es
    perder la vista, el dónde
    ver, el don
    de ver.

    Se vuela y mira,
    se ama, con el
    corazón.

    Perder el corazón
    es
    perder el aire y la mirada,
    seguir teniendo
    qué ver, con qué volar,
    pero no para quién.

    En soledad no existe
    el paraíso.

    MUDANZA

    En cuál de las cien cajas estará el corazón.

    MUROS EN RAMALA

    Hay que escribir los muros.
    Hay que llenar los muros de palabras.

    Aunque el mazo derruya sus cimientos,
    aunque no más que el polvo permanezca,
    ojos leerán el polvo,
    dedos leerán el polvo.

    Hay que escribir los muros. Las palabras
    duran más que la piedra. Aunque fusilen
    los signos, su hueco permanece.
    Y ningún hueco calla.

    (De Quién, la realidad)


    (DAME)

    Dame
    lo que no sé que quiero y dame
    lo que me impide el miedo
    querer y dame
    lo que me asusta y amo y dame
    lo que porque me amas
    no me quisieras dar.

    Sabes
    que estoy porque lo quieres
    donde el día y la noche
    se reclinan sabiéndose inmortales
    en la fugacidad.
    Que no es la plenitud mi territorio. Sabes
    que, embebido de duda,
    soy un dedo en mi centro
    de herida y de diana. Y sabes
    que me desarma el miedo si la luz
    se me muestra sin piel.

    Sabes quién soy, quién era. Sabes
    quién soy. Yo no.

    (De La torre incierta)

    ESTELA

    Pudo ser agua.
    Quiso ser vaso.
    Sólo fue sed.

    (De Mal de piedra)

    VIGILIA

    Hay sonidos que no descansan nunca:
    los electrones en los flexos,
    el óxido en el grifo,
    el crepitar del borde de la sombra
    de los cedros ardiendo estupefactos,
    la mañana en los charcos delante de la cárcel,
    las articulaciones de los grandes puentes,
    la fiebre, la desidia,
    el balbuceo de los extrarradios,
    la sed.

    Hay sonidos que no descansan nunca:
    de noche oigo en mi cuerpo la carcoma.

    (De Quien dice sombra)

    LOS POETAS INVISIBLES

    Los poetas invisibles
    escriben poemas invisibles
    con palabras invisibles
    sobre cuadernos invisibles.

    Hay lectores invisibles
    que les regalan sus ojos invisibles
    y estantes invisibles
    sobre los que descansan sus sueños invisibles.

    Reciben premios invisibles
    y aceptan las críticas invisibles
    que a veces subrayan la evidencia
    de su absurdo intento de visibilidad.

    Pero a nadie privan de su sitio,
    su ventana o su columna;
    nadie habrá de preocuparse
    de retrasar su camino por ellos.

    Porque también tienen vendas invisibles,
    quirófanos invisibles
    y sufridos enterradores invisibles
    que, tras cumplir con su trabajo,
    beben a su salud en tabernas invisibles,
    de regreso hacia sus casas invisibles.

    LO DESANDADO

    Me vacío de ti para que pueda
    la nada de tu ser llenarme y darme
    el hueco de la luz, la noche previa
    a tanta oscuridad. Te vuelco entero,
    todo lo que tú eres junto a todo
    lo que yo nunca fui. Que libres queden
    el ansia, el cuerpo, el desamor, la muerte:
    las cuatro cicatrices que limitan
    el mundo de mi sed. Soy mi deseo,
    y en mi deseo soy lo desandado
    paso a paso hasta el borde del comienzo:
    labio al brocal y al ruiseñor la brisa.

    Me vacío de ti para llenarme
    nuevamente de ti. Vocablo indemne,
    siempre en tu lengua nazco,
    siempre en tu lengua sangro y acontezco.
    Si no fueras el alba mi noche te tendría.
    Me vacío de ti para ser nada,
    memoria del aroma de la nada.

    (De Los poetas invisibles y otros poemas)


    LOT

    No conviene volver a los poemas.
    Quien regresa
    tiene poco que ver con quien partió.
    Aunque intentemos
    recuperar el tono, el perfil, la actitud,
    quien nos mira desde el espejo dista
    de aquel que abandonamos:
    el poema ocurriendo,
    su pequeño milagro inexplicable.

    Un cadáver es siempre las antípodas
    del ser al que sostuvo.

    La verdad entre un hombre y su reflejo
    queda siempre escondida en el azogue.

    Es inútil volver a ese lugar del crimen:
    ya no somos la víctima.

    RITO

    Sólo los árboles me dan la mano:
    ellos entienden mi danza.
    En el claro del bosque, cuando la luna deletrea
    nuestros nombres y nos da a beber
    leche de vocales de lenguas ignotas,
    vienen los árboles a mostrar su aura desnuda
    y a cantar con nosotros
    las antiguas cantigas de ausencia.

    Son necesarias muchas vidas hasta volver en árbol.
    Hay que olvidar todas las leyes,
    el uso de todas las armas,
    el camino de todas las fronteras.

    Sólo entonces
    puede ser que el alma del hombre
    se haga alma de árbol.

    (De Quien dice sombra)


    ...hasta volver en árbol
    FEDERICO GALLEGO RIPOLL

    SUTILEZA

    Yo sé que todo cesa cuando cierro los ojos,
    y vienes con cuidado,
    y doblas con cuidado los recuerdos,
    y con cuidado los guardas en la cómoda,
    y con cuidado echas la llave,
    y con cuidado la pones debajo de mi almohada
    antes de irte.

    Cuánta delicadeza, oh muerte,
    en tus ritos diarios.
    No sé por qué te tengo tanto miedo
    si nadie me ha cuidado como tú.

    (Inédito)


    No muere la...
    FEDERICO GALLEGO RIPOLL