Se derrama el otoño
y sus colores ocres aún memoran
el frutecer de ramas.
Las noticias anuncian
los hambrientos enrojecidos mares,
ataúdes de olas,
polvorientas y rugientes tormentas
de tierras desmembradas,
y en ese mismo instante arribas tú
con tu trenza azabache
y tu piel y tus manos nacaradas
y tus ojos de luna,
y entonces la tristeza se arracima
al borde de mi pecho,
y así consigo expulsar esa espina
con tu viva presencia.
Los colores de otoño
ya relumbran bajo gotas de lluvia
y yo sigo esperando
el milagro de tu escarcha encendida.
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PALOMA RODRÍGUEZ
Concédeme Señor los sueños que reclamo.
La jaula se ha vuelto pájaro y por fin has volado,
pero hacia qué confines, en qué orillas serás
colibrí entre las flores, buscando hacia lo hondo
el brillo de ese cáliz que te ha de completar.
Concédele Señor los más azules pétalos.
Que pueda desplegar sus alas irisadas
como señal de amor que haga fecundo al bosque.
Que beba de ese néctar que todo ser aspira.
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