ALGA Revista de Literatura nº78 - primavera 2018
Dirección:
Goya Gutiérrez
Edición:
Grupo de Poesía ALGA
Responsables de la edición del presente número:
Goya Gutiérrez
Enric Velo
Maquetación, composición y diseño web:
Enric Velo
Portada:
Te vigilo y no me ves
de Carmen Esteban
Sumario
http://revistaliterariaalga.com/
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Poesía - Colaboración Especial
ELOY SÁNCHEZ ROSILLO
ELOY SÁNCHEZ ROSILLO, (Murcia, 1948). Es profesor de literatura española en la universidad de su ciudad natal. Ha publicado diez libros de poemas: Maneras de estar solo (Madrid, 1978, Premio Adonais 1977), Páginas de un diario (Barcelona, 1981), Elegías, (Madrid, 1984), Autorretratos (Barcelona, 1989), La vida (Barcelona, 1996), La certeza (Barcelona, 2005 Premio Nacional de la Crítica), Oír la luz (Barcelona, 2008), Sueño del origen (Barcelona, 2011), Antes del nombre (Barcelona, 2013) y Quién lo diría (Barcelona, 2015). Su obra está recopilada en varias antologías.
UN DÍA TRAS OTRO
Cada mañana, con el alba, acude cada cosa
a su sitio preciso. Nunca falta ninguna.
Y de ese puntual estar ahí, se alza ante mis ojos
tanta y tanta belleza, ese equilibrio.
No se trata
de una cosa, de dos ni de unas cuantas, sino
de un todo ingente, que en el acercamiento
y en el fraterno lazo de lo diverso encuentra
razón de amor, apoyo suficiente
para no derrumbarse.
La luz, el cielo, el mar,
los montes grises que a lo lejos se empañan y se azulan,
esos jóvenes álamos que en el jardín conversan
de lo suyo, el pájaro, la nube...
No es bastante, no basta.
Hay que seguir sumando, hay que abismarse a ciegas
en números que no pueden ni siquiera pensarse.
Se trata, sí, de un algo cotidiano. Y por eso decimos
- si es que llegamos a decirnos nada-:
<No es más que lo de siempre>, y seguimos deprisa
hacia nuestros propósitos, sin entender ni ver
que en la limpia obediencia, en el hábito
que la hermosura y que lo vivo tienen
de acudir a su cita cuando el día clarea,
el milagro se oculta.
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LA LLOVIZNA
Estar allí otra vez, en la mañana
de principios de junio,
andando de tu mano
por la gran plaza, en la que cae ahora
una leve llovizna.
Se desplazan solemnes por el cielo
las grandes nubes, y de pronto se abre
aquí y allá algún claro de oro vívido
en la vieja ciudad de las alturas.
Vienen y van las gentes
de sus quehaceres hacia sus asuntos
y no nos ven siquiera.
A nuestro lado indiferentes pasan;
qué saben de prodigios.
Bajo el paraguas gira nuestro mundo,
solamente por ti y por mí habitado.
Estar allí de nuevo,
en la mañana aquella.
Tus labios rojos en el aire gris,
y, entre risas, tus ojos en lo oscuro
reflejan un relámpago.
Del libro Quién lo diría
Tusquets Editores, Barcelona, 2015
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