ALGA Revista de Literatura
nº77 bis - otoño 2017




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Letras
      de Dante Bertini

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    MARAM AL-MASRI

    MARAM AL-MASRI Nació en Latakia, Siria, el 2 de agosto de 1954. Se trasladó a París en 1982, después de estudiar literatura inglesa en Damasco. Ha tomado parte en varios festivales internacionales de poesía en Francia, Argentina, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Italia, Suecia, Túnez, Siria, Egipto, Marruecos, Kuwait y España. Ha publicado los libros de poemas: Un habitante de la Tierra que amenaza con una paloma blanca, 1984; Cereza roja sobre azulejos blancos, 1997, Premio Adonis del Foro Cultural Libanés a la mejor creación árabe en 1998; Te miro, 2000; El regreso de Wallada, 2007; y Señales del Cuerpo, 2010.

    Traducción del árabe de Pilar Garrido y Pablo Beneito

    Señal 19

    no llega el fragor de las almas
    a oídos del guardián del fuego

    se rompe en el cristal
    que nos separa
    encarcelándonos
    en lo visible

    el sollozo de las palomas
    no llega hasta las grutas

    si no desaparece
    en un espacio mudo
    no tiene color el sufrimiento
    la esperanza no tiene color

    como un útero de mujer

    el cielo traga los rezos
    como un teléfono público
    en un barrio ruidoso

    hay una voz que gime
    balanceándose
    sobre una cuerda floja

    no la oyen

    ni los santos ni los ángeles
    ni los perros que duermen
    a la entrada del cercado
    y de la carne de los corderos
    protegen a los lobos

    quema el mediodía
    y la mañana
    duele
    como la hinchazón
    sufre

    como el pastor de cumbres
    en su altitud perdidas

    las nubes no albergan
    la esperanza
    de cambiar la dirección
    del viento

    Señal 21

    llegada la mañana
    tal vez se calmen
    los toros
    tras enfrentarse
    a los espectros de la noche

    sus heridas recientes
    han de cicatrizar
    antes de abrirse de nuevo

    las almas
    que no han vuelto
    a confiar en sus cuerpos
    los abandonan
    por pieles más tersas

    para brotar sin raíces
    en relaciones breves
    y sentimientos nuevos

    los que han perdido
    las grandes batallas
    se regocijan con sus victorias
    sobre las hormigas

    el amor
    como una hoja
    está gastado
    por palabras de tristeza

    un árbol
    que en el pasado
    colmaba
    la savia de la pasión
    no es ahora más que leña
    despojada de ilusiones
    cuyos recuerdos
    olvidaron el color

    no hay hierba bajo el pino
    tendida en la tierra
    su pelambre
    impide que pasen
    el sol y la lluvia
    e incluso
    que las lanzas de los sueños
    atraviesen
    su interior

    Del libro Señales del cuerpo,
    Ed. Comares SL. (2010)

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