El viaje, un sueño intenso, donde las lágrimas brotan como pétalos
Camina de espalda al mar... los pies se hunden en la arena... la enramada cubierta de paja seca está a pocos pasos de él, se desploma en la hamaca... le invade el sueño... el sol sin sombras calcina el paisaje...
Veintidós mujeres lo observan desde lejos, envueltas en túnicas negras, con caras pintadas de tierra vegetal.
Él se despierta sobresaltado... el aire acaricia su cuerpo, intenta alcanzar con la vista el horizonte, sus ojos se mojan de lágrimas, se arrodilla, extiende su torso en la arena, balbucea palabras:
"Arráncame el corazón Palisbet
No quiero recordar la barca de la muerte
No hay arena más roja que la tuya Palisbet."
Llora desconsolado, brota de su lagrimal un caudal de llanto transformándose en un río con tal fuerza que desemboca en el mar, las corrientes del río viajan entre aguas saladas hasta alcanzar el mar rojo donde el alba es invadida por cánticos y rezos y surcadas por cúpulas…
Se ve venir a los hombres con collares de cuentas en las manos... moviendo sus labios en murmullo bajo...
olor a pólvora les invade y todos miran hacia el pueblo más cercano, el rayo luminoso de la muerte se percibe, ellos aprietan sus cuentas y aligeran el rezo
Las mujeres se sientan en la tierra con sus piernas cruzadas, formando un círculo y bajan sus cabezas cubriéndolas con pañuelos negros, emiten un sonido sostenido, agudo…
Los hombres se acercan a la orilla del mar, mojan sus dedos y saborean a lágrimas, se arrodillan, desploman sus cuerpos sobre los extremos de sus piernas, gimen y entre gemidos dicen...
"Jaztil, hermano, tu vida conserves, errante,
que unos pechos te amamanten, como lo hizo Palisbet, llueva miel en tus labios."
Aprietan con rabia la arena entre sus manos.
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