HIEDRA
Cobijo la mirada en este cofre
pleno de ensueños para protegerla
de llanto y dolor cuando esté despierta.
He de esperar que el manto de la noche
sonría al alba y anexione alcorces
que alimenten de fuego y luz las huellas
que al paso del tiempo yacen desiertas,
he de lograr que el alma no se enoje
y pueda acariciar cualquier sonrisa
con dulces lágrimas de primavera,
percibir la hiedra que en mí germina,
que no envejezca al abrazar los días,
que llegado el otoño, rezume, fresca,
purificando el frío que me habita.
CERCOS
Me abruma el pensamiento acosador
que se aferra a mi piel
hilvanando latidos que taladran el pecho,
me abruma beber lluvia de mis ojos
cuando me siento viva,
sin corrientes que empujen la barca de mi tiempo hacia mares infaustos,
me abruma la ceguera del alma,
su servidumbre,
postrándose a los pies del pasado,
y busco en mi razón ese paisaje
que me conduzca hasta la cima
para volar abrazada al presente
donde mora la realidad
sin temor de extraviar sus pasos.
Me abruma pensar
que el amanecer nunca es eterno…
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