ALGA Revista de Literatura
nº76 - otoño 2016




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Ocell Papallona
      de Rosa Mirambell

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Lecturas. Textos comentados

    JÚLIA BEL

    JÚLIA BEL. Poeta. Su obra se genera principalmente a partir de la fusión de la poesía y las artes. Como creadora escénica, ha participado en la realización de veinte montajes teatrales de diferentes formatos. Como artista visual, ha desarrollado doce instalaciones artísticas que relacionan el mundo de la escritura y la naturaleza. Este otoño estrena en París su dramaturgia del ballet "Petrushka" de Ígor Stravinsky, con la CIa. Per Por y la Orchestre Philharmonique de Radio France.



    He yacido días animales
    Eva Hibernia
    Parnass ediciones
    Barcelona, 2015
    Poesía. 98 páginas

    "He yacido días animales" es el primer libro de poemas de la dramaturga y directora de escena Eva Hibernia, pero no es ni mucho menos el primer libro que publica. Su título resulta ser un verso de Alejandra Pizarnik, perteneciente a un poema breve que se incluye completo como cita inicial. Es interesante señalar cómo un solo verso de otro poeta puede amparar toda una cosmogonía propia. Porque es un cosmos poético muy personal lo que puede hallarse al abrir este libro. Hibernia deja su voz en este poemario, tal como la deja en el costado de su amante, según nos relata en el poema que se inicia "mirad, amigos / la luna plena, hermosa", uno de los más bellos del volumen.
    "He yacido días animales" es un libro compuesto mayoritariamente por poemas breves, de una gran fuerza poética. Y está repleto de imágenes sorprendentes. Es lo primero que salta a la vista nada más comenzar a leer. El primer verso con el que se abre el libro dice así: "anoche encendí el limonero". Es un poema revelador. Un árbol encendido, en mitad de la noche, que deslumbra con su luz ácida. Una luz tan penetrante que ante ella la protagonista de estos versos se siente como una novia.
    El poemario está escrito por alguien que habla de tú a tú a la Naturaleza, por alguien que no es enteramente humano, que reconoce sus pulsiones animales. Parece estar escrito desde un impulso implacable, como el que empuja a hablar a los profetas bíblicos. O tratarse de poemas revelados en momentos de trance, como le podría suceder a un místico sufí. Es una "mística de la selva". Una luz que se adentra en lo más salvaje.
    Yo diría que estos poemas pertenecen al reino animal. Y podría decirse que también al vegetal o al mineral, pero en menor medida. Pues lo que aquí cuenta es el sentimiento asalvajado, montaraz, la vivencia no de la mano, sino de la garra, no de la boca sino del colmillo. O mejor, cómo el colmillo se vuelve boca o cómo la garra se torna caricia. Y esto es así, a causa del amor: "eres más que lo hermoso. / eres más que la luz. / eres más que el ensueño. // Tú eres, y yo quiero más.". La presencia de ese "Tú", que aparece escrito en mayúsculas, muestra la importancia que ese Tú tiene, pues transforma ese inconsciente animal en conciencia humana.
    Los animales aparecen aquí con toda su carga simbólica, totémica, metafórica. Los poemas mismos son poemas animales. Palabras sin doma que tienen ansia por dominar.
    Pues se trata de una poesía afilada, insaciable, sedienta. La naturaleza misma habla desde esta voz poética, por eso tiene esa fuerza telúrica. Es un poemario inspirado, que explora el deseo, el estallido erótico, entre dos amantes. Es una poesía fiera, sensual, imperativa. Una poesía que te da caza.
    El libro está repleto de metáforas insólitas, inesperadas, de versos sorprendentes. Por ejemplo: "nada separa ya al ahogado de su muerte". O bien: "era un pez espada el que se acostó / y lo han devorado el reverso de sus sueños". Y por supuesto, encontramos la paradoja de los contrarios, tan significativa en la poesía mística: "con todo lo negro que hay en Tus ojos / y has sido luz / hasta arrasarme".
    "He yacido días animales" está escrito con un verbo impetuoso. Es un poemario vibrante. A veces los poemas parecen un rugido. A menudo son poemas sobrecogedores. Hay algo de poesía salvaje, sin domesticar. Una voz animal que escribe también desde una concepción poética inusual, donde sorprenden las asociaciones, los ritmos, el léxico. Este libro insólito recoge una voz poética, la de Eva Hibernia, que luego cambiará. Será una voz que explorará otros paisajes, otros registros sonoros. Algunos ya dados a conocer, sobre todo a través de instalaciones y espectáculos poéticos. Otros, inéditos aun. Una voz que aquí la encontramos con una rara belleza que atrapa. Son poemas de juventud, que guardan un tesoro, una vitalidad, algo indómito. Son poemas jóvenes, que hablan de algo antiguo, ancestral. Un poemario tan inspirado rara vez se da, por esto es un libro tan valioso. Algunos versos incluso tienen un aire de versículo: "pues todos los verbos son necesarios / todo se andará".
    Este es un poemario ligado a la redención. A la redención de esos días animales vividos sin conciencia hasta que el amor aparece. Oímos una voz, no enteramente humana, que dice: "he sido (…) / espina / pero nunca mi especie // por eso te amo y estoy aquí, / entre los versos // por todos esos días animales / que hay que redimir". Para mí, esta es la clave esencial de todo el poemario.


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