Marzo 10, NY
Jeannette L. Clariond y Víctor Ramírez
Abstracta, Barcelona 2014
Poesía y plástica.
SIMBIOSIS ENTRE POESÍA Y PLÁSTICA
En este libro de artista de la colección Abstracta impulsada por la editorial Vaso Roto, en versión castellana e inglesa, de delicados grabados a todo color de Víctor Ramírez, artista plástico con un importante bagaje de exposiciones nacionales e internacionales y muy sensible hacia los trabajos artísticos en colaboración con los poéticos, encontramos también la poesía de Jeannette L. Clariond, bien conocida en ambas orillas del Atlántico como editora y traductora, por cuya labor ha recibido becas y galardones y por su reconocida obra como poeta que también ha recibido numerosos premios, su último libro hasta la fecha es Cuaderno de Chihuahua (2013) una autobiografía narrativa del exilio, cargada de poesía.
El bello poema dividido en diez fragmentos, sigue la idea de Wallace Stevens de que el ser humano puede crearse cada día en el poema, recordemos también que para Stevens la trascendencia en poesía implica también la búsqueda de una ética que consiste en devolver a las palabras su riqueza perdida y su espiritualidad, y así el poeta se propuso construir un universo imaginario que se sustentó del mundo real. El poema de Jeannette L. Clariond tiene también como leitmotiv la guerra del ejército estadounidense sobre Bagdad en el año 2003. La maravillosa simbiosis entre pintura y poesía resulta evidente, ya al principio vemos integrado en los grabados el verso "mejor ceder al resplandor..." y aunque se dice en el libro que los grabados surgen a partir del fragmento 7º y 8º, ya en las primeras imágenes observamos el nido vacío, el espacio protector de la aún no-vida que se imbrica en esos versos del primer fragmento "Silencio blanco, sin pájaros", la nieve simbolizando la Nada que deslíe la roca, el paisaje herido, la irrupción del disparo que nos aleja de la Idea. El alma ha sido herida por una circunstancia real, la guerra, la muerte, la impotencia, el vacío. La herida en poesía como dijo Rilke es como una boca que habla, o como dijo la poeta catalana Mª M. Marçal "La ferida és una obertura entre l'interior i l'exterior, que comunica dos mons."(1).
Yo percibo a lo largo del poema dos sentidos paralelos, un sentido esencial y metafísico que se refiere a la Idea, que se pregunta por la utilidad del Logos, por la vida que en su nacer ya lleva implícita el desasimiento, la muerte, así nos dice "Lo fresco del rocío/ ya es hoja quebradiza" "Cada estación como cada palabra/ trae su muerte" y otro sentido existencial más concreto que pregunta por la historia o por la ausencia de Dios. ¿Acaso la historia no es la acumulación de fechas y acontecimientos externos que no dan cabida a la intra-historia, a la historia personal de cada ser, a su vida y a su destrucción? Así tras ese grito-verso "Dios, no sé en dónde estás" se sucede la constatación de que tanto el ser humano como los elementos de la Naturaleza tienen ecos de ese Dios.
Ante esta paradoja y como Mallarmé en su crisis espiritual y su "ausencia de Dios", el yo poético quiere sumergirse en la oscuridad de la palabra, acceder a una zona de sombra en la que la angustia y el desamparo releve, solo en parte, a la fe, en favor de la Belleza de la palabra para lograr un humanismo que quiere ser transcendente. Y así dice el poema "¿Y el Logos?/ ¿Para qué quiero un Logos si lo que busco/ es /alojar la luz en otra luz?/ Allí, para que anide lo oscuro." La luz en el poema parece estar simbolizando a la palabra poética que es capaz de mantener la herida abierta para nombrar lo abstracto y lo concreto, para reflexionar y establecer un diálogo que reconcilie esos dos mundos, el interior subjetivo que se maravilla del esplendor de la Naturaleza pero que se plantea preguntas y se sume en la duda, y el mundo exterior tan hermoso como contradictorio.
"Raíces/ buscando revivir..." nos dirá en el 7º fragmento. Lo que muere busca su origen para revivir, en lo cíclico quizás haya alguna salvación, porque en esa búsqueda "No hay conclusión, no hay final..." Sin embargo, "El fuego nombra. Con él hablamos/ de la luz, hablamos/ el silencio de la luz" nos dice en el 8º fragmento la poeta. Nada asegura en poesía que la inmersión en lo oscuro se torne claridad, afirmaciones, respuesta verdadera, la poesía es la exploración en lo desconocido, en este poema quizás hay lo que dice Andrés Sánchez Robayna "En la poesía actual vemos el supremo testimonio espiritual de la búsqueda de una reconciliación del ser humano consigo mismo y con la muerte.(...) ¿No es todo poema una elegía? ¿No es el poema el homenaje que la conciencia de la muerte hace a la vida?" (2)
El poema de Jeannette L. Clariond es intenso, complejo, comprometido, conmovedor, y se inscribe en la tradición del poema extenso, que mediante múltiples variaciones de la imaginación analógica, la poeta hace de la realidad poética una unidad al mismo tiempo musical, literaria, filosófica y plástica.
(1) La herida es una abertura entre el interior y el exterior que comunica dos mundos. M.M.Marçal "El senyal de la pèrdua", Empúries, Barcelona 2014, pág. 197.
(2) Andrés Sánchez Robayna, "Deseo, imagen, lugar de la palabra", Galaxia Gutenberg, Barcelona 2008, pág. 363.
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