ALGA Revista de Literatura
nº75 - primavera 2016




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Poesia
      de Ruth Castilla Mora

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    ELVIO RENÉ

    Es miembro del Grupo de Poesía ALGA. Ver: http://www.poesiaalga.org/

    QANLY BORUM
    (Cabo ensangrentado)

    Octubre 7, 1571

    A doscientos pasos,
    el galeote divisa la muralla de proas
    que se acerca,
    el clamor formidable
    que baten los tambores.
    Ya define la seda verde y negra
    de turcos pabellones
    undosamente escritos con citas
    del Profeta.

    Hoy es el día, sabe,
    de recíproca pólvora,
    de doscientos mil hombres
    y quinientas galeras enfrentadas.
    Cien pasos adelante, hacia él,
    el contrario espolón empuja el mar,
    arrollando la espuma
    que no será ya blanca
    sino marca de sangre en los bajeles.
    Hoy es el día, y no sabe,
    que cuarenta mil almas
    respiraron ayer la última tarde
    y hoy serán el tributo de Neptuno.

    Con un arma en la mano,
    el galeote sin grillos imagina
    una lanza paciente que murmura su nombre,
    un resuelto dardo mudo
    que en el momento escrito
    le buscará la vida.
    Para una y otra escuadra,
    el adversario llega.
    Cada buque se astilla en la embestida;
    las voces aturdidas tienen dueño,
    y reparten semblantes de lúcido pavor.

    Hoy es el día, razona,
    mientras la muerte ahoga el mediodía,
    en que la sombra debajo de sus pies
    será el mínimo recinto de Lepanto.


    RETORNO

    Un puente sobre el hielo.
    Me han dejado solo, nadie me sujeta.
    La noche congelada está delante,
    muda sobre el río inmóvil.
    A trescientos pasos, un halo amarillento
    dibuja un disco de luz
    al otro extremo del puente.

    Una silueta rompe el quieto resplandor.
    ¿Temblará, como yo, quien me copia los pasos
    caminando hacia mí?
    Transito un corredor,
    inclinados barrotes que oprimen el espacio
    hasta el medio del puente,
    donde una raya blanca
    justifica dos mundos.

    El hombre es un espía, un traidor.
    En la gastada línea nos cruzamos.
    Él penetra en la jaula; yo la dejo.
    Cada uno reconoce algo de sí mismo
    en los ojos del otro.
    Porque somos iguales, ambos presentimos
    un aguijón de fuego
    que nos muerde la espalda.
    Pero nada sucede;
    sólo nuestras pisadas
    aplaudiendo la noche.

    Tras el halo de luz no puedo verte.
    Te presiento menguada en la penumbra,
    expectante de elogios y reproches.
    Debajo de la piel escondo el equipaje
    de dos años de ausencia:
    el oro derramado
    brillando gota a gota
    de cada lágrima tuya.
    Caminé trescientos pasos para verte
    y fue el viaje más largo de mi vida.

    página siguiente