ALGA Revista de Literatura
nº73/74 - primavera 2015




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
    • Supèrbia/Lleó
      de Bernat Velo

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    NEUS AGUADO

    NEUS AGUADO (Córdoba, República Argentina, 1955). Poeta, narradora y ensayista. Licenciada en Arte Dramático y en Ciencias de la Información (UAB). Ejerce el periodismo cultural, principalmente la crítica literaria. Además de ensayo y traducción, ha publicado los libros de poesía Paseo présbita (1982), Ginebra en bruma rosa (1989), Aldebarán (2000), Intimidad de la fiebre (2005), En el desorden de la casa (2006) y Tal vez el Tigre (2015). También ha editado los libros de cuentos Juego cautivo (1986) y Paciencia y barajar (1990).

    SIN PIEDRA DE ROSETTA

    La vida es tan amplia como un jeroglífico
    sin piedra de Rosetta para descifrarla.
    Adivinamos indicios, intuimos recorridos
    pero lo hacemos cargando el enorme peso de las alas de Ícaro.
    El sol no las derrite, aunque a menudo se oculta más que la noche.
    Al tumulto no le sigue la calma
    sino más ruidos que nos confunden,
    las señales suelen estar equivocadas
    y cuando de vez en cuando acertamos
    y entendemos algo que siempre estuvo allí,
    lloramos de agradecimiento e intentamos
    seguir descifrando los pictogramas,
    los colores, los sonidos, las texturas del mundo.
    Ya sabemos que no estamos solos
    en este juego del escondite hay muchos más
    que dudan porque no logran ver la evidencia:
    Es un paseo, y más vale que cuides las rosas del jardín.

    De acuerdo, fui la cazadora furtiva
    y caíste como un tigre en las redes
    pero después qué caro fue el precio,
    acabamos como animales enjaulados en el zoo: tristes.
    No sé si yo coloqué la red para que te atrapase,
    creo que me pediste que fuese a capturarte.
    Sí, así fue, eran las doce de la noche,
    y me dijiste por teléfono que fuera a verte,
    yo no era Cenicienta y fui a tu casa en taxi,
    no encontré ningún príncipe, sólo un tigre disfrazado, en batín.
    A mitad de mi luna de miel, que yo pensaba perpetuar,
    y que no coincidió con tu luna, me dijiste que teníamos que ser razonables:
    medir nuestras citas, pues te desconcentraban, no podías trabajar,
    quedé tan perpleja que empecé a desenamorarme, jamás quisiste entenderlo.
    Hay ciertas cosas que no se le pueden decir a una cazadora de tigres.

    El agua cae desde los círculos del Paraíso,
    hemos compartido lágrimas domésticas
    al seguir la espiral del corte.
    He sabido qué es lo inefable:
    no sé cómo explicarlo ni explicármelo.
    Tus ojos de jade tienen tu alma y la mía en las pupilas.

    Pulverizar el trigo y después amasarlo
    y hornear el pan y barrer la casa y pasear con las ardillas,
    y que la luz me siga orientando como hasta ahora
    y proseguir dando vueltas en la rueda de la fortuna
    hasta que un radio se destruya en mil astillas
    y me despida más allá del sol y de la noche.

    Dame la tierra que necesito,
    el campo para arar no para morir.
    Concédeme después del erial el oasis,
    permite que las camellas me proporcionen leche
    y que la miel vuelva otra vez a mis labios y a mis manos.
    Dame la tierra que necesito,
    no la tumba sino el sosiego del caminante,
    ayúdame a preparar el hatillo,
    quiero sólo lo esencial ¿no hay mayor pretensión?
    Dame la tierra que necesito,
    la surcaré de extremo a extremo
    y las primeras espigas que nazcan las recogeré cual Ruth
    y las ofreceré a quienes buscan un trozo de tierra donde bien morir.

    Del libro Tal vez el tigre
    In-VERSO ediciones, Barcelona 2015

    Para reseña del libro ver pág. 103.

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