LA INSOMNE DISTAL*
Cada noche me visitas
puntual, a la misma hora,
como un amante imperioso,
llevándome de la mano
casi a rastras, empujándome
hacia miedos de tropiezo,
siempre impaciente
por vencerme.
Tus dedos sinuosos
se adentran suavemente
en la profundidad de
mi voluntad mientras,
aturdida, me dejo
ir entre los cálidos
rebujos de mi lecho.
Y entonces me acaricias,
me acunas y susurras
dulcemente, dejándome
inerme por espacio de
unas horas -siempre breves-
hasta que, de súbito,
noto tu abandono,
como un viento helado
que rozara mi frente.
¿Qué ocurre?
¿Por qué abro los ojos?
Y ahí está, implacable,
¡el resto de la noche!
*Insomnio distal: imposibilidad para volver a conciliar el sueño en la segunda mitad de la noche.
|