EL PASAMANOS
A mi tío Paco, in memoriam.
Era un pasamanos azul,
seda suave y brillante.
Mi mano se deslizaba
en una caricia mutua
que ahora es sólo recuerdo,
quizás ceniza inútil.
La memoria tal vez
es una telaraña
que el tiempo nos tiende
para atraparnos
con imágenes pegajosas,
cree que somos insectos.
Pero era cierto el pasamanos,
la escalera que bajaba,
la sonrisa que me despedía
y la mano convertida
en vuelo de paloma
que ahora se han transformado
en nostalgia de nostalgia.
|
LA ALAMBRADA
Juegan dos niños,
púas de alambre les separan
y un uniforme a rayas
sucio y desharrapado
divide el universo.
Afuera está la noche
que el sodio alumbra,
todo es quietud
hasta en las hojas de los plátanos.
Una conversación ajena
distrae mis pensamientos,
quisiera el silencio de Goya
en la quinta del sordo
y la silente música
de sus pinturas negras.
Vuelvo a ver la alambrada
y las púas me escuecen
como una herida abierta
bajo un chorro de sal…
La noche es un abrigo grueso
en el que me refugio
y me permite soñar
que el mundo es pura infancia.
|