EL BOL ESTÁ VACÍO,
A Tan Dun
El bol está vacío,
pero su cuenco de barro conserva
el aroma del té.
El bol está vacío,
pero sienten las manos su tibieza
que acaricia la piel.
El bol está vacío,
pero rebaña sus bordes la lengua
avezada al placer.
-Está vacía tu alma.
-Pero en sus bóvedas vibran los ecos
de los viejos acordes.
-Es ceniza tu llama.
-Pero en silencio aún alienta en su seno
un vaho de emociones.
-Es tu rostro una estatua.
-Pero su mármol sucio cruzan, secos,
dos regueros salobres.
-Eres un faro en ruinas
erguido frente al mar inútilmente.
De ti nadie se acuerda.
-El viento no me olvida:
como arpa entre sus brazos, se estremecen
mis despojos de piedra
y gimen con la brisa,
o braman cuando el viento se enfurece
y estalla la tormenta.
-Los rayos vespertinos
van alargando las sombras. Se acerca
lento el anochecer.
-Aún no siento frío;
cuando la noche tienda sus tinieblas
acudiré a su red.
El bol está vacío,
pero su cuenco de barro conserva
el aroma del té.
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