ALGA Revista de Literatura
nº67 - primavera 2012




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
    • Borges
      de Federico Gallego Ripoll

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    GOYA GUTIÉRREZ

    GOYA GUTIÉRREZ es miembro del Grupo de Poesía ALGA y dirige la revista ALGA desde 2003.
    Ver http://goya-gutierrez-lanero.com/

    XIV- La noche tiene la forma de un grito de lobo.
    ALEJANDRA PIZARNIK

    COMO UN GRITO

    I

    Esa noche no habrá luna que sea testimonio de tu reto
    Acaso ya no importe ver el rostro del enemigo
    del cazador impune o de tu propio espectro
    Todo aquello que perturbó tu espíritu
    Tus miedos suspicaces
    Tu cuerpo hacia la huida del bosque de ti misma
    hacia su propio centro
    Tu espanto del fragor de los disparos
    Esa noche todo ello quedará lejano emborronado nimio

    II

    Próxima a atravesar este puente de plata hacia un metal
    más noble e implacable
    recordarás los nombres tantas veces caídos en olvido
    de las cosas guardadas en baúles en un rincón del sótano
    de tu abrupta e intrincada memoria
    E imágenes de lluvias anegando la fe que en ese día
    como una catedral fantasma querrá abrirte sus puertas rígidas
    de arquivoltas hacia espacios translúcidos
    Y verás las ciudades enclavadas con pies sobre canales
    desafiando al mar arrancándole un hilo
    que enhebrado a la aguja de la tierra sigue tejiendo vida
    Y quedarán colgadas de los cuadros vivientes
    frente al alba y su ocaso
    Mientras tú sin quererlo al trote del instante te alejarás aullando
    envuelta en el violáceo color de la nostalgia

    III

    No valdrá el haber traspasado tu tiempo con alguna destreza
    Que te parezca haber vivido mucho de lo bueno y lo malo
    Delante de la puerta de hierro que chirría que guarda
    el no señalizado laberinto sin hilo
    Como el pozo cegado que al mal paso te lleva al no retorno
    qué pocos voluntarios de Teseo sin ovillo ni Ariadna
    cuando afuera sin ti el mundo ha de seguir girando

    IV

    De qué te servirá que en último instante una divinidad
    queriendo hacer justicia te haga revelaciones vagas.
    Creerás, que esa tensión interna que agolpaba la ira
    hacia el depredador humano
    será juego de niños o pequeño espejismo de la mente
    Y a pesar del exilio en el país llamado del olvido
    en el que tantas veces te viste forzada a refugiarte
    ese día siempre hallarás un éxtasis de alguna madrugada
    Un sublime despunte del trazo circular del globo enrojecido
    tras la colina verde
    O el resplandor del rostro de la hija -aquella a la que más amaste-
    Sobre todo esto último es lo que ha de doler más

    V

    Pero yo sé quien no soy sé quien no he sido y quizás como tú desconfío
    de ese sistema humano que bajo el lema falso de libertad
    ha arrasado el genuino bosque libre
    Donde antaño se defendió mi estirpe de los convertidores
    de todo lo silvestre
    Que creció sin muñones ni tergiversadores
    de toda su verdad
    Del secreto latido del corazón de la ubre nutriente
    de hijos propios y ajenos
    Que nació sin los números que
    mercenarios anónimos y gentes conocidas
    inscriben en sus tallos con la sangre de todas las heridas
    del animal errante

    VI

    Pero yo solo entrego a ti el llanto de mi aullido y escribo para ti
    Que haces oídos sordos a mis detractores
    Que sabes que se amagan y envuelven en pieles candorosas
    de cordero
    Que también has sufrido sus celadas y conoces las llaves
    que abrirán las esclusas hacia las aguas dulces
    Que has oído apretar el gatillo y te demoras ante la impuesta
    velocidad de la carrera
    Que aguardas tras la puerta de un parque inabarcable
    amurallado
    Que sueñas y que intuyes un mundo de respeto frondoso
    extirpado del coágulo con ambición de mina

    VII

    Que aun después de ese día, de esa noche,
    erguida sobre el monte ululará a la luna
    como un grito



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