ALGA Revista de Literatura
nº66 - otoño 2011




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Redacción:

  • Xavier Carreras
  • Ignacio Gamen
  • Susana Lastra
  • Elvio René
  • Jorge Stoysich
  • Enric Velo


  • Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
    • In Focus (4).
      de José Javier González.

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Lecturas. Textos comentados

    GOYA GUTIÉRREZ

    Es miembro del Grupo de Poesía ALGA y dirige la revista ALGA desde 2003.
    Ver http://goya-gutierrez-lanero.com/



    POESÍA DEL LÍMITE

    Potrillo 1
    Charles Wright
    Versión bilingüe. Traducción al castellano:
    Jeannette L. Clariond y Eduardo Zambrano
    Prólogo: Helen Vendler
    Vaso Roto Ediciones
    Madrid-México (2011)

    Poesía. 195 páginas.

    Las últimas noticias que tuvimos de Charles Wright fue en el 2009, a través de la traducción al castellano por Jeannette L. Clariond de Una breve historia de la sombra, editado por DVD, con un esclarecedor y emotivo prólogo de la misma Jeannette L. Clariond, sobre su poesía: «Charles Wright es una voz preñada de una espiritualidad que alumbra sentido, un sentido fluvial en el mapa contemporáneo, no solo de la poesía estadounidense, sino lo actual escrito en tiempos inenarrables».
         Ahora en este año 2011, a través de la traducción de Eduardo Zambrano y Jeannette L. Clariond y con un extenso prólogo de Helen Vendler, se nos ofrece en castellano Potrillo, editado por Vaso Roto Ediciones. Un poemario de treinta y cinco largos poemas, cada uno compuesto por diversos fragmentos interrelacionados con un sentido amplio y abierto, pero que conforman en el conjunto del libro un ideario, un recorrido de estructura cíclica. En el primer poema aparece como una anotación Octubre, y el libro acaba situándonos en el mismo mes. Semeja una especie de Diario poético, un tránsito orbital del sujeto poético hacia el interior de sí mismo, a través de la naturaleza circundante, que al evocarla queda trascendida y abolida a un tiempo. En el sentido en que Helen Vendler menciona «El éxtasis de la mirada que Wright propone en libros anteriores es a la vez afirmado y negado en Potrillo».
         El poeta parece debatirse entre el deseo de creer y su rechazo. A las luminosas y umbrías imágenes de tono elegíaco y de una exquisita sublimidad, le siguen otras, mucho más prosaicas con tonos de ironía y desengaño, que hacen referencia a recuerdos de las vivencias del sujeto poético, a lugares o personajes concretos, o a disquisiciones sobre la existencia o la misma naturaleza de la escritura.
         Con todo ello logra expresar un vacío existencial ante la conciencia de la muerte y su inexorabilidad. De modo que en este gran cuadro poético-pictórico-impresionista se van vertiendo pinceladas del pasado en el presente que a su vez van conformando las luces y las sombras de un futuro intuido. De hecho, tal como se apunta en el prólogo, con la excepción de su particular aspecto plástico, el mismo poeta no duda en reconocer su herencia entre otros de Dante, Dickinson, Yeats, Stevens o Pound.
         Ya desde el primer poema parece advertirnos de la severidad con que sus ojos observan la realidad. Los grises y sombras que surgirán tras la luminosidad de las imágenes: «Quizá no esté escrito en ningún libro, pero está escrito:/ no hay vuelta atrás,/ no puedes repetir lo irrepetible». La dicotomía entre la idea cristiana de resurrección y la idea gnóstica por parte del poeta surge a menudo, como una imposibilidad de resurrección del hombre a su conciencia individual: «Cuando el viento sopla y la lluvia araña/ nadie tiene un féretro/ que resguarde a quienes han resucitado.»
         La Naturaleza, ejemplificada en los parajes de su natal Tennesee, emerge como plano principal con toda su vivacidad. La visibilidad y la invisibilidad revelada del paisaje, un canto a la belleza de un mundo natural hacia su fin marchito, nos atrapa; las disquisiciones, las preguntas o las pinceladas irónicas nos detienen, nos invitan a la reflexión. Y sin embargo, a pesar de esa belleza del universo que las palabras del poeta muestran, y que parece infinita, el ser humano no puede captar racionalmente su mensaje. Porque tampoco la Naturaleza sabe la respuesta: «Desnuda de sentido, la luna tiene la respuesta/ la callada luna que de todo se entera./ Pero no habla/ y nadie habla en su nombre.» Sólo lo que se nombra parece existir, pero también nos advierte de su condición efímera: «Tenemos que ser humildes sobre eso.» «Todo este tiempo creímos escribir para los ángeles,» «Quién iba a pensar que tomaría tantos años -setenta / darse cuenta de que todo es luz:»
         Ante la sublimidad de los instantes evocados surge la evidencia de lo no deseado, pero certero «¿Qué es lo que uno hace cuando descubre que sus pensamientos son los pensamientos de otro?» «La luz siempre implica un ocaso». Todo lo nombrado se va sucediendo como en la propia vida, las imágenes y metáforas parecen surgir de ella misma, apogeo lumínico y ocaso: «Octubre, viejo mes fantasma, tú esbozas mi fine del cammin» «Me vacío de mí mismo con luz hasta que me convierto en mañana.»
         Y mientras nos descubre, lo que ya sospechamos… y sabemos… Que el universo, que la belleza, a pesar de su deslumbramiento, no guarda ningún significado absoluto… Como tampoco la poesía… Como la vida misma… Nos ofrece una propuesta poética que nos agita y conmueve. Nos sitúa en ese instante común y límite frente a la Naturaleza, como si fuéramos una simple pieza más de su misterioso engranaje, poniendo como paradigma al "potrillo" que da título al libro. Uno de los caballos de Montana. (Littlefoot, Bigfoot es, por contraste, el viento del Norte), según se aclara en el prólogo.
         El caballo, como el ser animal que carece de consciencia reflexiva, y puede ver y experimentar ese mismo paisaje con los ojos carentes de escisión, que el yo poético desearía; y como decía también R. María Rilke «Porque cerca de la muerte uno ya no ve la muerte / y mira hacia afuera fijamente, tal vez con amplia mirada de animal».

    1Ver una muestra de la poesía de este autor y de este libro en págs. 45 a 48.

    página siguiente