POESÍA DEL ESPACIO INTERIOR:
12 poetas en Barcelona
nacidas/os en las décadas de los 40 y 50
Selección a cargo de: Goya Gutiérrez
A modo de introducción
Dado que en torno a la ciudad de Barcelona existe un nutrido número de poetas de escritura en castellano, cuya obra merece ser destacada, me he centrado en este ciclo, a través de los números 64, 65 y 66 de las revista, en una serie de poetas que han nacido en la ciudad, o llegado desde muy diversos lugares de España o Latinoamérica, o que comparten de forma simultánea su residencia en Barcelona con otra ciudad. Esta selección antológica comprende la poesía de doce poetas nacidas o nacidos en las décadas de los 40 y 50: Rosa Lentini, Marga Clark, Neus Aguado, Rodolfo Häsler, Carmen Borja, Teresa Shaw, Goya Gutiérrez y Alejandro Duque Amusco, además de las tres poetas y el poeta incluidos en el presente número
Es verdad que existen rasgos poéticos comunes, pero no hay que olvidar los peculiarísimos en cada poeta, como no podría ser de otra manera, con una obra consolidada en la mayoría de los casos, de la que ya otras/os más versados en la materia de la crítica han hablado. Por tal motivo el criterio de selección ha sido agruparlos bajo el título "Poesía del espacio interior", ya que la mayoría comparten una realidad poética interiorizada que busca trascender, en el sentido de trasladar el lenguaje poético más allá de los límites de comunicabilidad lingüística; circunscribirlos a un mismo espacio, y tener en cuenta la década de nacimiento.
Goya Gutiérrez
ANA BECCIÚ (Buenos Aires, 1948). En esa ciudad estudió Letras y dio comienzo a sus dos oficios, de poeta y de traductora. En 1973 publicó su primer libro de poemas, Como quien acecha. Partió de Buenos Aires en mayo de 1976 y recaló en Barcelona. en esta última ciudad obtuvo el título de Licenciada en Letras por la Universidad Central. En 1981 viajó a París, donde vivió durante más de doce años, completo sus estudios de Letras en la Facultad de París VII (Sorbonne). En 1982 se publicó en Buenos Aires Por ocuparse de ausencias. A mediados de la década del 90 retomó su labor de traductora literaria y sus lazos con Barcelona. En 1987, salió en Barcelona su tercer libro, Ronda de noche. Ha traducido, entre muchos otros, libros de Anne Carson, Allen Ginsberg, Tennessee Williams, Djuna Barnes. En 2007, se publicó en Barcelona La visita, en un volumen que reúne los tres libros anteriores. Reside en una pequeña ciudad de Francia, a unos cien kilómetros de París, y en un pequeño pueblo del Alto Ampurdán, poco más de cien kilómetros de Barcelona. Su obra ha sido traducida al inglés y al francés.
"Toda inspiración es visita. La obra de Becciú es destilada, resumida, porque así lo requiere su tema. (…) La crónica del amor que Becciú desarrolla en sus poemas es una de migraciones, de transporte (en el sentido religioso), de tiempo mesurado, de revelaciones sorpresivas (…). Cada momento amoroso es único, inasible, y por eso debe ser atrapado al vuelo, dicho más que escrito." (Alberto Manguel, [Prólogo de La visita y otros libros. Barcelona, 2007]).
COMO QUIEN ACECHA
Como quien acecha
los descampados instantes
agazapado
en cada entraña del aire,
así yo,
fibra minúscula
donde la nada
se inventa,
recorro
la muralla de los nombres.
Como quien acecha
en el límite
de los bordes
tanteándolos
para un salto
mortal,
así yo,
invocando la sombra
de los cuerpos, soy
en vilo
un abismo
expectante.
De Cómo quien acecha (1976)
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A Diana Bellessi
parlar, cuánta inocencia,
y si ahora la insistieras,
la perlaras con esas gotas, las de anoche
toda noche de noches
aquéllas en que dos, vos, yo
y ahora no sé adónde más ir
él me rejunta y resepara y rejunta
ella me aferra y me adentra y me aterra
y esta solidad, solidaridad, que somos, vos, yo,
que somos, adioseándonos tarde a tarde.
La poeta se enseria, soles caen de mis pechos,
y qué puedes yo hacer,
vamos a ir a decirles que estamos hechas de irnos de irnos,
que estamos, a pesar de todo este irnos.
De La Visita (2007)
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CASI UNA SOLEDAD
Cuidar sombra, y tanto, estarse quieta,
como el deshacerse del monte hacia la orilla
que lo aplaca. El monte que era un astro.
No sé hablar a dios, no sé hablar a tiempo,
hablo despacio, por fragmentos, para volver
a entender estas palabras unas junto a otras
como un vocabulario, mi casa, un palacio.
Así de quieta.
Y los otros crecen con sus babas de sílabas,
se hacen grandes, cazadores reales,
y los venados huyen y ellos cazan y cazan,
dicen, las palabras caen, y ellos cazan.
Y nosotros, los secretos, nos guardamos, sí,
por nadie ahora, el monte tiene sombras.
De Por ocuparse de ausencias (1982)
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(Sudestada)
A Enrique Aguirrezabala, i.m.
Hubo algo, detrás, de eso tan solo
Que se hablaba, y ellos, ellos, lo oían,
Y un claro, entonces, ahí, detrás,
Como atrás de un ala de mariposa
Sola con eso que se desprende y queda,
Ahí, un poco como es cuando eso y vos.
Hace frío ahora. Está muy solo decirnos.
Y todo este alarse de la ribera, ¿la oyes?
Crece, crece, míralos, amor, óyenos.
Hace frío detrás de ese ala de viento.
¿Limpia? Tal vez. Pero no. Olvida.
Y no lo sabe. Aunque le enseñen. No aprende.
Viento tonto. Sus casitas y ellos
Ahí en la ribera, y nosotros un no
Que no aprende, no, de los tan idos.
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CONCHA GARCÍA (La Rambla, Córdoba, 1956). Llegó a Barcelona en la infancia. Se licenció en Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona. Su obra poética publicada comprende: Por mí no arderán los quicios ni se quemarán las teas (1986), Otra ley (1987) Ya nada es rito (1988), Desdén (1990) Pormenor (1983), Ayer y calles (1994), Cuántas Llaves (1998), Árboles que ya florecerán (2001), Lo de ella (2003), Ya nada es rito y otros poemas (Obra reunida, 2003), Acontecimiento (2008). Parte de su obra ha sido traducida al italiano, portugués, francés, inglés, sueco y alemán. Es autora de una antología de poesía de la Patagonia y actualmente prepara una edición ampliada.
"Viene dando un rodeo: cerca y lejos. Y aquello inexpresable queda allí señalado, ofrecido al lector como estilización de esa experiencia que no supo decirse. De ahí el asombro que esta poesía ( a la primera) nos causa antes incluso de entrever (a la segunda) el pensamiento que trae. Semejante logro es posible -formalmente- merced a dos recursos por lo demás visibles. Sobre el primero, cabe decir que da respuesta a la pregunta que a veces se ha realizado la crítica sobre si la división en versos posee aún legitimación suficiente en una lírica que ya no se soporta en una planta fija o rimada. (...) El otro está sostenido en una generalmente mínima violencia sintáctica." (Juan Carlos Suñén, [Di yo, di tiempo. Poetas españolas contemporáneas. Madrid, 2005])
Negro
SSiempre que camina hacia la casa
por la tarde, casi al anochecer,
esa hora de julio que trae de cabeza
a los pájaros donde anidan lo sin nadie,
busca un bar, una rigidez para
su espalda, una obligación
de apartarse del mundo con el sigilo
de quien pregunta la hora a desconocidos
y ve unos ojos. Pero se sabe
que unas cuencas son lo más profundo,
que tras ellas lo negro.
Una mujer contempla botellas
no parece una noche para beber
sino para pasar páginas enteras.
De Cuántas llaves (1998)
III
ME DAS EL VESTIGIO DEL RESTO.
En sombras emerge una conciencia
tomando el sol con las dos,
cambiamos de retrato y de poemas
de textura y de materia,
nos regalamos antologías
de pies en la sombra, sabemos
que los árboles ya florecerán.
Encantamiento por distancias
disciplinas por jamases
acumulamiento por dispersión.
Feos lugares al entrar
donde los desconocidos saben
que la verdadera función del poema
consiste en resbalar
entre los papeles de la edad.
IV
INMOVILIZADA por el amor
la única actividad natural
en permanente deslizamiento
cuerpo abajo (arriba un azul
enmarcado en ocho por catorce)
era que no se obstruyese
la naturaleza del amor.
La intención de no naufragar
en el vaso del desayuno, así comienza
otro día
más.
De Árboles que ya florecerán (2001)
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Ante un café
Cuando su verdadera naturaleza
se reveló, había ánforas viejas
enfrente, y martini, eso le encanta,
un buen trago y todo parece
desubicarse. Ah, la razón
que ordena los lugares donde no se habita.
Extravío
Viajamos. En un lugar preciso
inexpresivas bajamos la maleta.
El rumor da paso a la escalera
y después nos rodeamos con los brazos.
Abre una. La otra, no sabe
si la emoción durará
sabe que en el fondo, muy en él,
una lluvia de cosas tontas
comenzará a anegar un poco
la pared. Chiquillería y portazos.
Suave viento que estrena la ciudad.
La silueta de ambas en un futuro
ya lejano. Se deduce en ese instante,
un hermoso minuto, y si la pena
es una alteración depresiva del ánimo
cuando se pierde algo,
la melancolía surge cuando el objeto
extraviado es una misma.
De Acontecimiento (2008)
Sin título
Ella se desnuda, siente la tibia
temperatura del alba en un
oscuro balanceo que provoca
una sombra confusa entrelazada
a otro cuerpo. Que el labio
sea reescrito en el otro labio,
que los días de ayer se detengan
en este encogimiento receptivo,
que su hermosa piel
permanezca entre mi carne y la sábana
que, enamorada, parece volar.
Que no se haga verdad
ningún pensamiento, que nadie
venga, que todo se acumule aquí y ahora,
que el espíritu comprenda
que la razón sea arrancada de cuajo
que los ángeles no vengan
que los ángeles vengan.
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M CINTA MONTAGUT (Madrid, 1946). Vive en Barcelona desde 1975. Licenciada en Literatura Hispánica. Miembro de la ACEC y de la Asociación Mujeres y Letras. Catedrática de Literatura. Su obra poética comprende: Cuerpo desunido (1977), Como un lento puñal (1980), Volver del tiempo (1983), Par (1993), Teoría del silencio (1997), El tránsito del día (2001), La voluntad de los metales (2006), Desconcierto (2010) y la plaquette Poemas para un siglo (2003). Sus poemas aparecen en diversas antologías entre las que cabe destacar Ilimitada voz. Antología de poetas españolas 1940-2002 (2003), Poeti spagnoli contemporanei (2008), Las poetas de las generaciones de los 50 y los 70 (2007).
"La poesía de Montagut está atravesada por un empeño de conciliación, sea cruzando espacios urbanos y domésticos, sea caminando por escenarios naturales que no son sino voluntad humana de durar y discernimiento de lo que jamás ha de volver. Poesía reflexiva y cercana que se nutre de la mejor tradición francesa desde Aragon y Eluard hasta las poetas bretonas de la segunda mitad del S.XX." (Rosa Lentini.)
"Ningún poeta verdadero, tampoco Mª Cinta es dueño del paisaje por donde transita. Su función es la de revelárnoslo como si fuera contemplado por ambos al unísono y por primera vez." (Federico Gallego Ripoll)
El mundo no te regalará nada, créeme.
Si quieres tener una vida, róbala.
LOU ANDREAS SALOME
El mundo no te regala las horas ni los días
porque el paso del tiempo es aparente
y es aparente el aire que nos mira
y el reloj que quisiera atravesar los cuerpos
y la pantalla que en color nos ofrece
la más oscura perfección del deseo.
Hay que saber bajar a saltos la escalera
y saber destrozar la puerta de los verbos,
hundir el pecho herido a las palabras
y arrancar de cuajo los pronombres
de frases, inscripciones y banderas
que ocultan la verdad, para robarla.
¿Por qué salir de casa
y correr a esconderme
entre convulsas sombras
que a su paso oscurecen
las luces diluidas de los escaparates?
¿Por qué sentir que hay algo
más cierto que mi tarde
que me llama insistente
desde la última certeza del asfalto?
No es tiempo de buscar,
tal vez, tampoco es tiempo de encontrar
pero existen lugares donde la vida late
y se oculta
y palidece en el caos de la música
y aunque sin inocencia es frágil
como el hilo de voz que una canción desata
y unos labios recogen sin esperarlo apenas.
Porque salir de casa ayuda
a no volver atrás.
De El tránsito del día (2001)
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En algún lugar de la palabra
se esconde el plomo
que servirá para romper el sueño
o para atravesar muros o corazones.
La simetría de los nombres
se desbarata en las hojas en blanco
y los verbos transcurren en silencio
para no molestar.
En algún lugar de la palabra
se lucha cuerpo a cuerpo
para sobrevivir.
De La voluntad de los metales (2006)
El desastre del alba
acompañará siempre
a la necesidad absurda
de escribir.
Sólo
aquello que no vemos importa:
la agudeza del día,
la suavidad del aire,
lo que oculta la noche,
la sombra de las horas,
la dimensión de las miradas,
la densidad del mar.
De Desconcierto (2010)
Buscaré siempre la palabra exacta
para intentar decir lo que no fuimos,
lo que quisimos ser un solo instante,
lo que nunca aprendimos a nombrar,
lo que encontramos un día sin buscarlo,
lo que tuvimos sin poder tener
Vivir sólo el momento,
hundir las manos en el fondo
escondido del miedo,
agotar los minutos
en cada uno de los besos
que sólo fueron nuestros,
como nuestra es la sal
como nuestro el invierno.
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JORDI ROYO (Barcelona, 1959). Licenciado en Filosofía, cursos de doctorado en Literatura Comparada. Ha dirigido las colecciones de arte y literatura Amagatotis, Ipshitilla, Phalartao y Boston. Ha traducido a G. Leopardi y a Csoóri Sándor al catalán y al castellano ha revisado la traducción de Old Possum´s book of Practical Cats de T.S. Eliot y algunos textos de János Pilinszka. Como poeta es autor de los libros Naznava (1982), Ipshitilla (1983), Il Gobbo (1988), La utilidad de la muerte (1997), Okupación del alma (2002), @-dreams (2009), y el libro de ensayo La imagen poética (2004). Ha sido incluido en las antologías: De la transparencia el presagio (Poesía de España), México (2000), Por vivir aquí, Madrid (2003) y 11-M: Poemas contra el olvido, Madrid (2004). Algunos de sus poemas han sido traducidos al húngaro, portugués e italiano.
"En esa música los signos son tan precisos como sus referentes y los ojos se apoyan en algo más que en letras, porque sus palabras vienen a ser registros y no sólo grafemas. Asistimos a un caleiodoscopio de imágenes que están y no están en movimiento, o que lo están sólo cuando quien las mueve es nuestro yo = imágenes ópticas que son así también acústicas y a las que nosotros, al leerlas, les damos uno u otro orden, y una u otra dirección." (Jaime Siles)
5.2.1. "Alba clara sobre el cagadero" (Fragmento)
a A. G. Porta, incorporando su texto.
Mr. Pound se ríe sentado en cuclillas
mientras las estrellas incendian
los fragmentos imperceptibles
que desdibujan el firmamento:
esos acordes melancólicos
que insinúan la belleza marchita
que corroe la infelicidad de los ángeles
cuando se desbaratan las caricias
angustiosas de sus delicados recuerdos
Mr. Pound cantaba su locura
en las noches luminosas que ocultaban
las travesuras de Nerval:
recitaba hermosos poemas y deshacía
su larga cabellera con lentitud
acurrucado entre los despojos que encubrían
los ecos policromados del mar:
Au...Au...Au...Au...Au...Au...
Au
r e
l i a
cantando sus quimeras adormecidas,
|
a veces escondido bajo las letrinas
anegadas de luz que reflejaban
un miedo enloquecido que se ocultaba
entre la tiniebla convulsiva del "ballet
de las horas"
5.2.2. CXX
E. P. reprime sus lágrimas
ahora que la muerte transita inmersa
entre la brisa enfermiza de S. Michele;
pero los Cantos enfurecidos de los canales
reviven sus pisadas enajenadas,
su respiro enloquecido que entristece
el dolor moribundo de la muchedumbre,
sus elocuentes destellos
que criban el silencio como una góndola
que bambolea el último y más lúcido
de sus versos:
De okupación del alma (2002)
|
7.10
//pfss...==>> un reflejo azulado merodea sobre tus ojos, una pestaña desprendida, un enorme terraplén en el hueco desolado de la almohada; -> y el delirio de tus labios, la fragilidad de la pasión entornando el cristal colorista que precipita mis sueños,
~< ‹°°› >~ con el cabello levemente ondulado, con la mirada enrojecida por el humo desparramado bajo la desnudez de nuestros cuerpos -((?))-; una silueta enorme y desconcertante abrazando mis pesadillas, un instante maravilloso que recuerda la descomposición de la bóveda carmín del firmamento; y la nada, la eterna cuestión del sujeto, la indescriptible fascinación por el más allá y la demente ansiedad de todos y cada uno de nuestros recuerdos: => pero quizás no sea así: es fácil imaginar tanta locura en este tiempo donde tus manos tiemblan para retener el sonido que se desprende / al recordar la rugosidad de la fantasía:
De @-dreams (2009)
te deslizas en mi sueño abrazando
las quimeras de la noche:
?
las extrañas fantasías que esperan
recostadas sobre el capó de un viejo
y destartalado automóvil
:
y meditas los tristes momentos de la vida
mientras absorbes las luces que distorsionan
la oscuridad del pasado y seducen los brillos
abandonados tras la estela de la madrugada
---?---
las irrefrenables sonrisas de los niños
que recorren las calles de la ciudad
junto a las marionetas que recrean
nuestra felicidad
-//en un estimulante invierno//-
arrinconado tras los ventanales
que distorsionan tus pesadillas;
donde los gemidos de tus labios
precipitan las nubes y los astros
perdida entre la tristeza de unos recuerdos
que diluyen mi soledad:
donde las caricias
envolventes del miedo evocan tus fantasías
alejadas del ruido inestable de los sueños;
donde los gestos enfermizos del pasado
reúnen mis ilusiones depositadas
tras la desnudez imaginada que se expande
bajo los destellos de la madrugada:
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