ALGA Revista de Literatura
nº65 - primavera 2011




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Redacción:

  • Xavier Carreras
  • Ignacio Gamen
  • Susana Lastra
  • Elvio René
  • Jorge Stoysich
  • Enric Velo


  • Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
    • Esquarterada (2010).
      Ferro i roba, mides canviants
      de Maïs (Marisa Jorba).

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/
    MARTIN SHWIFF

    Buenos Aires, 1988. Reside en Castelldefels. Tiene estudios de CFGS Administración y Finanzas. Es miembro del grupo Alga

    CHARCOS DE MANÁ

    La cabellera castaña
    se descolgaba por el terciopelado
    cuello de la joven yegua,
    se mojaba durante la noche
    en el espejo eterno, intemporal
    de aquel estanque que reflejaba
    la paz y el sosiego,
    el pasar tranquilo y calmo
    de las horas nocturnas.

    La luz azulona de la oscuridad
    se congraciaba con ella
    y la arropaba, farolillo único,
    reflejo de una llama mayor.
    La abrigaba y cubría
    con un manto de oscuridad,
    protección contra los depredadores
    mientras
    el líquido de la vida la atravesaba.

    El agua acariciaba sus labios
    mientras cientos de cerillas
    hacían arder el cielo.
    Las manos se posaban en su melena,
    cabellos largos que descendían
    a las profundidades de la orilla
    del lago. El agua no solo da vigor
    a los débiles y desfallecidos,
    ama a la vida con caricias.

    EL LÁPIZ

    Comenzó por dibujar la liberación,
    la ventana se abrió de par en par,
    disparando el pestillo.

    Carbón amenazaba el marfil del cielo,
    las nubes desfilaban, elefantes
    huyendo de un único diente afilado.
    Los pájaros miraron absortos
    cómo una mano invisible de soplidos
    hacía que las bisagras gruñesen furiosas.

    La creatividad del ilustrador
    hacía desgañitarse violentamente
    cada trazado de viento.
    A golpe de grafito,
    hizo un dios humano
    la primera viñeta de este libro.


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