ALGA Revista de Literatura nº64 - otoño 2010
Dirección:
Goya Gutiérrez
Redacción:
Susana Lastra
Xavier Carreras
Ignacio Gamen
Jorge Stoysich
Enric Velo
Edición:
Grupo de Poesía ALGA
Responsables de la edición del presente número:
Goya Gutiérrez
Enric Velo
Maquetación, composición y diseño web:
Enric Velo
Portada:
- Pintura de Ángel Fernández
Sumario
http://revistaliterariaalga.com/
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Poesía - Colaboración Especial
YORGOS SEFERIS
Poeta y diplomático griego nacido en Esmirna (1900-1971), Grecia (hoy Ismir, Turquía), que estudió en la Universidad de París. Ingresó en el cuerpo diplomático en 1926, y ocupó diversos cargos en Atenas, Londres y Cortsa (Albania). Tras la rendición griega ante Alemania, en 1941, Seferis se incorporó al Gobierno griego en el exilio. Concluida la II Guerra Mundial sirvió al Gobierno en Atenas, Gran Bretaña y Próximo Oriente. Como embajador en Gran Bretaña, entre 1957 y 1962, participó en las negociaciones para la independencia de Chipre. Al tiempo que desarrollaba su actividad diplomática, Seferis trabajó activamente como poeta. Sus obras destacan por su estilo preciso y claro, exento de adornos innecesarios, y su riqueza simbólica. En ellas aborda, entre otros temas, los problemas históricos de Grecia durante el presente siglo, y el sentimiento universal de alienación. Su producción poética abarca las siguientes obras: Giro (1931), Leyenda (1935), Gimnopedia (1936), Diario de a bordo I (1940), Cuaderno de ejercicios 1928-1937 (1940), Diario de a bordo II (1945), El zorzal (1947), El rey de Asina (1948), Diario de a bordo III (1955), Antología Poética (1924-1955) y Tres poemas secretos (1972). En 1963 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Traducción al castellano: PEDRO BÁDENAS DE LA PEÑA
CANTO DE AMOR (Fragmento)
Hay un tipo de gentes sumamente ilusa que, avergonzada de lo propio, con lo de fuera se embelesa, yendo a la caza de vanidades con irrealizables esperanzas.
PÍNDARO
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I
Buscabas, rosa del desierto, la ocasión de herirnos
mas cedías como el secreto a punto de romperse
y la orden que aceptaste impartir era hermosa
y era tu sonrisa como una espada desnuda.
(…)
II
Los secretos del mar se olvidan en la orilla
la noche del abismo se olvida entre la espuma.
Brillan de improviso los corales rojos del recuerdo…
No te inquietes… intenta escuchar lo sutil
(…)
¿Sería la noche quien cerró los ojos? Queda un rescoldo
queda un zumbido sordo, de cuerda tras la flecha,
ceniza y vértigo en la oscuridad de la caleta
y un denso batir de alas encerrado en la sospecha.
Rosa del viento, sabías -sin saberlo nosotros-
el instante en que la ilusión tendía puentes
que dos destinos cruzaban con los dedos enlazados
para fundirse en una rasante luz inerte.
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III
¡Oscuro temblor en la raíz y en las hojas!
Surge, cuerpo vigilante, de la masa de silencio,
alza tu cabeza del hueco refugio de tus manos
cúmplase tu voluntad y repíteme las palabras
sugerentes que se fundían con la sangre de un abrazo
y ojalá profundo se meciera tu deseo como sombra de nogal
y en la lujuria de tus cabellos nos inunde
con el terciopelo del beso en el fondo del corazón.
(…)
El transcurso del tiempo es silencioso y remoto
y boga suavemente el dolor en mi alma
apunta en el cielo la aurora, el sueño no acaba de borrarse
y transcurren casi arbustos perfumados en flor.
(…)
Se atenuó el rasgón crepuscular hasta perderse
era ilusorio mendigar los favores del cielo.
Tus ojos se entornaban. La zarza de la luna
germinó y las sombras del monte se espantaron.
…Cómo se diluye nuestro amor en el espejo
en el sueño los ensueños, escuela del olvido
cómo amaina en los abismos del tiempo el corazón
y se pierde en el abrazo extraño que lo acuna…
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IV
Dos sierpes hermosas y lejanas, tentáculos de la ausencia,
serpean y se buscan en la noche de los árboles,
en nombre de un amor oculto en secretos escondites
en vigilia se buscan sin beber ni comer.
(…)
Se yergue el bosque, trémula columnata de la noche
y es el silencio patena de plata donde caen los instantes.
Sonidos diferenciados, totales, un cincel
escrupuloso que esboza líneas incisas…
(…)
Si en la imaginación hubieran girado las serpientes separadas
(el bosque resplandece de pájaros, brotes y retoños)
aún quedan sus revueltas ensortijadas, iguales
a las vueltas de la rueda que trae consigo los tormentos.
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V
¿Adónde fue el día de doble filo que todo lo mudó?
¿No tendremos un río navegable?
¿No tendremos un cielo que destile rocío
sobre el alma que se durmió con narcótico alimento del loto?
En la roca de la paciencia aguardamos el milagro
que abra el firmamento y haga todo lo posible,
aguardamos, como en el drama antiguo, el mensajero
cuando desaparecen las rosas abiertas del ocaso…
Rosa escarlata del viento y del destino,
quedas sólo en el recuerdo, como una cadencia grave
has pasado, rosa de la noche, ondulación de púrpura
ondulación de la mar… Sencillo, así, es el mundo.
Atenas, Octubre 1929 - Diciembre 1930.
Poesía completa, Plaza & Janés, Barcelona,1996
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