Pequeña y extraña historia de Toribio,
un caballo diferente.
Y dice así:
Milenario en bostas verdes
frecuenta los bares categóricos
y sus lavabos.
Toribio viste fino
sin cerdas ni herraduras,
y calza pantuflas azuladas
en la ducha.
Toribio es un travesti,
comenta los caballos verduleros
de la esquina.
Y Toribio baila el vals,
y anda a la espera
de la yegua más bonita,
y danza con las moscas
ataviadas de princesas.
Pero el día que murieron los duraznos
Toribio se sintió desnudo
y se suicidó de amor.
Se quedó sin pelusa,
sin fruto aguado,
sin gusto a carne dulce,
y se abrió al sol por el verano.
Y una pájara de Agosto
lo masticó despacio,
le tragó la vida,
y se lo llevó por el aire.
galopando, galopando.
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EN EL RECUERDO
Ayer pasé por tus ojos
amante mía,
y olían a cierzo,
viento del norte.
Déjame mover los labios
y volarás con mis palabras
sin darte cuenta
que voy en ti.
Y así,
en ese callar
que ni tan siquiera el roce
de mi silencio rompa,
estarás conmigo,
siempre estarás conmigo
amiga mía.
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