"Nada ha borrado el agua, Juana, de lo que fue dictando el fuego"
Juana,
Roberto Fernández Retamar
ABANDONÉ SEGEDA POR LA PRESIÓN ROMANA,
abandoné Segeda.
Llegué a ti envuelta en guerras celtibéricas,
llegué a ti en ruinas.
Mis días ya no se atan, van solos y extraviados
por la Mara.
A veces oscuras fuerzas penetran mi ser.
Recuerdo la guerra, las heridas, las lanzas,
el azor, el cambio del calendario, las remotas playas,
la luna deshecha, los saltos del pez, el adobe y la paja.
Tú nunca piensas que abandoné Segeda,
mi amado Caro.
El viento borra un camino que quiero seguir hacia Numancia,
delante de mis ojos tu mundo exasperado resplandece y te aplaude.
La alegría se ha perdido en el lagar con todas sus llaves,
anoche se cubrieron las flores de un rocío de vasta anunciación.
Los arévacos no llegarán, mueren al fondo de las
sábanas entre palabras temibles…
Me apalean, me lanzan como una rata a cualquier parte.
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