GERARDO GUAZA
LA CASA DESHABITADA
A Ignacio Gamen
L
a puerta se abre con un gemido,
por el resquicio huyen los fantasmas
y un olor acre nos recibe.
Una bombilla cuelga
del techo amarillento
y en las cornisas el tiempo hace acopio
de telarañas y recuerdos.
La ventana, clausurada por siempre,
opaca soles, lluvias
y las nieves de antaño.
Fotos en blanco y negro
me miran a hurtadillas
en la pared hastiada de olvido.
Detrás está la huerta
de la hoz olvidada...
Al caer de la tarde,
cuando el sol busca la llanura,
acaricia la luz
las hojas palpitantes
y la hierba crecida.
Cuando salimos la puerta se cierra
con un golpe seco y nocturno
que a la huida convoca.
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