Revista Alga nº58 - otoño 2007

Sumario
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Taller de Literatura

Anna Ajmátova:
Un pulso entre la nota poética y el terror

por Goya Gutiérrez


Anna Ajmátova nace a finales del siglo XIX en Belshói Fontán (Fuente Grande) (1889-1966), cerca de Odesa, no lejos del mar. De ella se dice que era elegante, esbelta, una belleza de ojos verdes y una personalidad que ejercía un gran magnetismo entre todos los que la rodeaban. Su familia veranea junto al verdor de Zárskoie Sieló (La Villa del Zar), quizás también por eso mismo su padre, para no ensuciar el nombre de la familia, le pide que se cambie el nombre real de Anna Andréieva Gorenko. La profesión de literato no era bien vista por las clases pudientes. Anna elige llamarse Ajmátova, nombre de su bisabuela tártara por parte de madre.

En San Petersburgo completó sus estudios de Historia literaria, hay que destacar su amor por los clásicos Pushkin, Dante, Shakespeare o Tolstói. También en San Petersburgo descubriría al poeta simbolista e historiador Innokienti Anñensky y su obra El cofre de ciprés que le causaría una profunda impresión.

En 1910 Anna se casa con Nikolài Gumilov poeta y crítico y en 1912 nace su único hijo, que permanecería dieciocho años en prisión, a punto de ser fusilado. De este dolor hablará en Réquiem una de sus obras más conmovedoras.

Respecto a la poesía de esa época en Rusia, Ossip Mansdelshtam llegó a decir que en ningún sitio se respetaba tanto la poesía como entre el pueblo ruso, "por ella incluso se mata" (2). Se podría empezar por el poeta romántico Pushkin, que inaugura la modernidad literaria de las letras rusas, Anñenski, Lermotov, Brodsky, Anna Ajmàtova, Marina Tsvietàieva, Alexander Block, Pasternak o Mayakovski , entre otros. En tiempos de represión y terror, durante el régimen soviético sobre todo el estalinista, los versos eran pasados de mano en mano en copias manuscritas o memorizados. En el año 1946, transcurrida la época del terror estalinista, las muchedumbres aplaudían entre ensordecedores aplausos a Ajmàtova en sus recitales (el pueblo ruso leía poesía). El poder, atento a este fenómeno, siempre intentó guiar, con mano firme, la creación, pero los artistas, pensadores o poetas pocas veces aceptaron el yugo.

Algunos estudiosos dividen su obra en tres periodos, el primero comprende de 1912 a 1922. Los libros más significativos serían La tarde, La noche y El rosario, (por este último será reconocida como una de las voces más importantes de la poesía rusa). Esta primera etapa correspondería a su filiación acmeísta, aunque los dos primeros libros citados aún conservan ciertas resonancias simbolistas, como veremos más adelante, al comentar algunos de sus poemas. Éstos, aparentemente, tienen como motivo el amor, pero ya subyacen los ecos trágicos, presentimiento o premonición de la tragedia que más tarde se haría real. Y así lo señala e insiste en este aspecto un estudioso de su obra como Joseph Brodsky "També en aquest sentit, l'inici de la seva carrera poètica contenia una profecia del curs que seguiria durant mig segle." (4)

En esta época la popularidad de Anna se compara con Mayakovsky, Pasternak o Mandelshtam. La tesis leninista de que la literatura debía ser de partido, se plasmó de modo más intolerante en sus herederos, convirtiendo así una máxima evangélica en el eslogan político "Quien no esté con nosotros está contra nosotros". La llegada de Stalin al poder radicalizó aún más este enfoque. El país quedó partido en dos. Ajmátova comprendió pronto el sinsentido de esa política y "no cantó con ellos", de lo que "ellos" se dieron cuenta muy pronto. En 1924 las autoridades incluyen todas las obras de Ajmàtova en el índice de libros prohibidos. Se prohíbe la Biblia, Dante, libros infantiles de aventuras, pues desarrollaban fantasías inútiles, y toda la filosofía que no fuera marxista. (1)

La segunda época (1922-1940). Es un periodo combativo en el que se podría incluir Rebaño blanco y obras posteriores como La caña y Anno Domini. Estamos en plena época del terror estalinista.

Ajmàtova rompe su silencio y después de visitar a Mandelshtam en 1940, que ya había sido desterrado, empieza a escribir Réquiem. Por temor a que el hijo no fuera fusilado, la poeta se ve obligada a quemar su archivo. En 1963 Rèquiem es pasado al papel por primera vez. Evacuada a la ciudad de Tashkent en 1941, escribió la primera versión de otra de sus obras importantes Poema sin héroe, que estuvo perfeccionando a lo largo de veinte años, y que concluyó en 1962. Es una especie de crónica de la cultura rusa de la modernidad. Todo su poema respira una nostalgia de cultura universal, en la que la autora se sintió inmersa. Tanto Poema sin héroe como Réquiem y Séptimo Libro pertenecerían a un tercer ciclo poético (1940-1965). En ese periodo (1946) volvieron a ser prohibidas sus obras por una Resolución del Comité Central.

Modernidad y movimientos poéticos

A finales del siglo XIX en las grandes urbes como Moscú o Petersburgo, tuvo lugar la llamada "Edad de Plata", constituida por artistas, intelectuales y profesionales de la cultura en general. El momento decisivo de la incorporación de Rusia a la cultura Europea corrió a cargo de la poesía, primero con la entrada del romanticismo cuyo artífice fue Pushkin, (Edad de oro), más tarde con las corrientes simbolistas y acmeístas (Edad de Plata). Los poetas rusos pretendían "una resurrección de la palabra en estas dos etapas". Un fenómeno parecido y paralelo que tuvo lugar también en España con los escritores de la generación del 98 y modernistas.

El simbolismo tiene su origen en Francia, de la mano de poetas como Baudelaire, Verlain, Rimbaud o Mallarmé. El simbolismo además de proveerse de mitos, pretende el uso continuado de símbolos universales, es una reacción también contra el espíritu positivista. Los poetas simbolistas pretenden vestir de colores la idea, y establecer afinidades entre el mundo sensible y subjetivo, el universo y el mundo espiritual. En Rusia aparece hacia 1890 y surge como contraste al realismo narrativo. Aunque toma aspectos de sus modelos franceses, al menos en sus inicios, pretende tener un alcance más trascendente, como un credo religioso o metafísico, de un vago misticismo en aproximación a la Iglesia ortodoxa rusa. Sus máximos representantes fueron Anñensky y Alexander Blok.

Dentro de la llamada "Edad de Plata" en 1912 surge el acmeísmo liderado por el brillante crítico Nikolài Gumiliov con quien Anna se casó en 1910. Ajmátova secunda este movimiento que inicia el siglo XX y que quiere apartarse de la estética simbolista que consideran ya del pasado siglo. Su término "akmé" cogido del griego significa "momento álgido". Momento culminante del ser humano, que en la época griega clásica es hacia los cuarenta años. Quisieron llevar a la plenitud la poesía. Su credo podría resumirse en este principio "Escribir con palabras claras sobre asuntos reales.". (2) "Se propusieron restituir el valor semántico a las cosas, que éstas fueran por sí mismas y no por asociación con otras." (3)

El manifiesto más importante de este movimiento lo escribiría Ossip Mandelshtam poeta y crítico, amigo de Gumiliov y Ajmátova. En el mismo se dice que la creación poética ha de ser una construcción armoniosa de palabra y sonido, noble mezcla de razón y música, concepción que Ajmátova compartía. (2)

Una década después Paul Valery (1870-1945) teorizando sobre los términos razón y música en poesía, diría algo muy parecido. En la introducción a su obra El cementerio marino, publicada por Gallimard en París en el 1922, nos dice que no existe un tiempo para el fondo y otro para la forma en el poema. (5) Y en su teoría del "péndulo poético" de forma resumida expresaría lo siguiente: Pensemos en un péndulo que oscila entre dos puntos simétricos. Un extremo representa la forma (el sonido, el ritmo y el timbre), el otro representaría los valores significativos del lenguaje (las imágenes, las ideas, los recuerdos, etc.) que suscita, es decir, el fondo o sentido del discurso. ¿Cuál es su efecto en los lectores, cuando se trata de la palabra poética? En cada verso, el posible significado, con las asociaciones que promueve, no destruye su forma sensible, queremos volver a escuchar el sonido de esos versos. El "péndulo viviente" (el poema) es una oscilación continua entre el sonido y el sentido. Ambos extremos están armónicamente llamados y conjurados, el uno por el otro, para producir un estado excepcional en el espíritu del hombre que es el "estado poético".(6)

Ajmátova utilizó en sus composiciones poéticas una métrica estricta y una rima exacta, dotando a su poesía de una gran musicalidad. En la sintaxis dio preferencia a las oraciones simples sobre las oraciones subordinadas. Su amigo y crítico de su obra Joseph Brodsky (7) subraya el carácter musical de su poesía y nos dice que lo que llamamos música de un poema es, en esencia, el tiempo reestructurado para que confiera al contenido del poema un enfoque memorable, inevitable lingüísticamente. Para que nos traspase ese "estado poético" que decía Valery y que ya se ha mencionado.

A continuación pasaré a comentar algunos de los poemas de Anna Ajmátova , traducidos por Belén Ojeda (11) :

FUNERALES

¿A caso sabes dónde hay más claridad?
El campo es tan frío. Junto al mar
los cúmulos de piedras están tristes.(v.4)

Pero ella está acostumbrada al sosiego
y ama la luz del sol.
Construiré una celda sobre ella,
como nuestra casa por muchos años.(v.8)

Entre las ventanas estará la portezuela,
dentro encenderemos la lamparilla
como si fuera un oscuro corazón
que arde como fuego escarlata. (v.12)

Ella deliraba enferma ¿sabes?,
por otro, por el paraíso celestial,
pero un monje replicó: "No es para usted.
El Paraíso no es para los pecadores". (v.16)

Y entonces, pálida de dolor,
le susurró: "Me iré contigo",
y henos aquí a nuestra suerte,
y a los pies, el oleaje azul. (v.20)

(1911) Del libro La noche
"Soy vuestra voz"
(Ed. Hiperión, pág.31)


El poema se inicia con un verso en forma de sentencia, que parece contener ya ese presentimiento y profecía de muerte y tragedia, que se ha mencionado anteriormente.

El alter-ego poético aparece en la 2ª estrofa a través del pronombre "ella" en donde se justifica la ansiada "claridad" de la 1ª estrofa. Está acostumbrada al "sosiego" "y "ama la luz del sol" (v.6). En esta misma estrofa encontramos ya la presencia de "la casa", que reiterará a lo largo de su obra y cuyo sentido irá adquiriendo diversos matices, sin que desaparezca el valor simbólico que aquí adquiere como espacio vital y de silencio íntimo donde el yo y el otro personaje poético se reencuentran y reafirman "Construiré una casa sobre ella/ como nuestra casa por muchos años" (v. 7-8). La tercera estrofa viene a confirmar este valor personificado. La casa, que tiene "ventanas" como ojos, "portezuela", por donde respirar, una "lamparilla" como "un oscuro corazón", que arde, que vive.

El tema del amor, habitual en sus primeros libros, surge en este poema en la 4ª estrofa como imposibilidad, a través del mito de la expulsión del Paraíso. El tono del poema parece expresar un dualismo que se debate entre la concepción religiosa de pecado y otro sentido mucho más laicista, representado por los dos bellísimos versos con los que concluye el poema: "Y henos aquí a nuestra suerte" (v.19), en este mundo, cuyo dolor se asemeja al infierno, "y a los pies, el oleaje azul" (v.20). Una belleza infernal, que está relacionada con la poesía y que parece contener aún los ecos simbolistas de un Rimbaud. Recordemos que un año más tarde en 1912 surgiría la nueva escuela de los acmeístas.

¿P ara qué te finges viento,
piedra, pájaro?
¿Para qué me sonríes desde el cielo
como un relámpago inesperado? (v.4)

¡No me atormentes más, no me toques!
Déjame ir hacia las sabias preocupaciones.
El fuego ebrio deambula
por ciénagas grises y secas. (v.8)

Y la Musa con pañuelo raído
canta larga y melancólicamente.
En la tristeza severa y joven
está su fuerza milagrosa. (v.12)

(1915) Del libro Rebaño Blanco
"Soy vuestra voz"
(Ed. Hiperión, pág.71)

En este poema y en esta época aparece ya el tema del desdoblamiento y el duelo entre dos personalidades, que se hará mucho más patente en quiem. Aquí aún la culpa moral está enmascarada por la fuerza y la esperanza.

La primera estrofa se inicia con una figura retórica interrogativa en la que un yo poético interpela a otro sujeto poético o alter-ego en forma de "viento, piedra, pájaro", y le reprocha su hipocresía y fingimiento.

En la segunda estrofa se nos aclara ese reproche. El "yo" que coincidiría con un yo histórico quiere estar alerta "Déjame ir hacia las sabias preocupaciones" (v. 6), porque presiente las circunstancias oscuras de los acontecimientos que ya se están gestando (v. 7-8).

El poema parece responder a la interrogación inicial en la última estrofa para desvelarnos que el alter-ego, el que se finge viento, piedra, pájaro no es otro que la Musa, la poesía o el lenguaje poético, aspectos que corresponden a la persona de la poeta. Pero la Musa tiene "pañuelo raído". Son los tiempos difíciles que se avecinan para la poesía y para los poetas. En el siguiente verso (v.10) ese canto melancólico expresa la añoranza de tiempos mejores.

Sin embargo, la tristeza del poema se endereza y fortalece con los dos últimos versos sentenciosos de reafirmación combativa. Es de su poesía "severa y joven" de donde sacará la poeta la fuerza para afrontar las circunstancias por las que atravesará la persona real, para superarlas con la suficiente dignidad.

Y el manojo de árboles vetustos
PUSHKIN

EL SAUCE

C recí en medio de un silencio de arabescos,
en la habitación infantil y fría del joven siglo.
No me era grata la voz de los hombres,
sólo entendía la del viento.
Yo amaba la ortiga y la bardana,
pero por encima de todo el sauce plateado. (v.6)
Agradecido, él vivió siempre junto a mí,
sus ramas sollozantes
cubrían de sueños, mi insomnio.
Y, extrañamente, le he sobrevivido.
Afuera el tronco cercenado permanece
mientras otros sauces con voces alienadas
algo dicen bajo nuestro cielo.
Y yo guardo silencio….como si hubiera muerto un hermano. (v.14)


(1940) Del libro La caña
"Soy vuestra voz"
(Ed. Hiperión, pág.91)

Los dos primeros versos con los que se inicia el poema constituyen las imágenes que designan esas dos grandes épocas "en medio" de las cuales vivió y creció Ajmátova. El complemento del nombre "arabescos" del primer verso nos remite a un arte antiguo, rico en filigranas, imagen alusiva a la vida plena de ebullición artística de finales del siglo XIX en Rusia y en Europa. La "habitación infantil y fría" corresponde al joven siglo, es decir, al siglo XX.

Otra vez en este poema se repite la dualidad de personajes poéticos. En el tercer verso un "yo" expresa desengaño hacia "la voz de los hombres". La voz del "viento" está en cambio relacionada con el sujeto poético, que como en el poema anterior suele ser metáfora de la poesía y la libertad. "El sauce plateado" del verso 6, que también da título al poema es precisamente el alter-ego poético. Recordemos que el sauce, en una de sus variedades "sauce blanco", es un árbol con un tronco fuerte y sumamente esbelto, y de una madera blanquísima, cualidades que no dejan de recordarnos a la persona de Ajmátova. Esta figura poética aparece también en otros poemas con igual significado.

Los versos 7-8 y 9 nos confirman ese paralelismo "sus ramas sollozantes". Es la poeta plañidera. El sauce, que representa al sujeto poético protege con sus sueños el insomnio del otro personaje que alude al "yo", podríamos decir histórico, la persona real, que como expresa el verso 10 le ha sobrevivido. Precisemos que está escrito en 1940 época en la que como a otros amigos de Ajmátova se les ha destinado al ostracismo como poetas y al enmudecimiento y prohibición de su obra. Así lo expresa el verso 11, su sauce tiene "el tronco cercenado", sin embargo, el verbo que viene a continuación "permanece", nutre al verso, de un sentido de resistencia y constancia, aún no se ha rendido. Las "voces alienadas" de los otros sauces, los poetas que han sucumbido a las consignas del poder, "algo dicen", escriben una poesía panfletaria.

El último verso es contundente, en ese "Y yo guardo silencio…" se concentra la fuerza que surge de la contraposición y el duelo que este yo poético mantiene con respecto a las otras voces que atraviesan el poema. Porque dota a ese silencio de la máxima dignidad y solidaridad con el hermano, con los poetas que como Mandelshtam, perecieron por resistir.

Vladimir Leonóvich, refiriéndose al Réquiem, se pregunta "Pero ¿qué esconde la misa funeral de Ajmàtova? "(8), y a continuación a modo de enumeración nos da muestra del contenido de la tragedia real. Amigos de Anna como Mandelstam, Olga Bergolts o Boris Pasternak, mueren cubiertos de oprobio. Otros como Mayakovski, Yesemi o Marina Tsvetáieva, enloquecidos se suicidan. Otros son fusilados como Borís Kornílov o Vladímir Narbut.

Pero a pesar de esa tragedia real, hay en esta obra, quizás algo mucho más estremecedor, y es el tema del desdoblamiento que Joseph Brodsky (9) menciona. Cómo Ajmátova describe en el Réquiem todos los horrores del "gran terror" estalinista. Cómo sus versos están rozando constantemente los extremos de la locura, no por la posible pérdida del hijo, sino por la escisión que se produce entre la persona real que sufre y la que escribe. Al tomar conciencia de la enajenación que supone el encubrimiento de sí misma a través del lenguaje poético, para crear una verdad no menos verdadera que la propia real de la experiencia.

Uno de sus poemas de Réquiem, datado el 4 de mayo de 1940 en la Casa de la Fontanka (10) viene a confirmar lo antes expresado: "Ya el ala de la locura/ ha cubierto la mitad de mi alma". "Comprendí entonces que ella/ había conseguido la victoria".

El espacio para el consuelo parece haber desaparecido. El drama queda a la intemperie.

La desesperación surge de forma mucho más desnuda que en poemas de libros anteriores. La tensión dramática se produce por el temor a ser poseída por la locura y a que ésta y ellos le arrebaten el hijo, el propio dolor y "ese último consuelo", la poesía a la que fue siempre fiel, como también lo fue a sus amigos poetas, a los suyos, a su patria y a sus ideales de libertad, frente a todo el horror que supuso su vida en aquella época.

Bibliografía

  • Anna Ajmàtova, Antologia :"Rèquiem i altres poemes" Edicions 62. Els llibres de l'Escorpí. Poesia Universal del Segle XX. Barcelona, 1990.
  • Anna Ajmátova, Antología : "Réquiem y otros escritos". Colección la tragedia de la cultura. Editorial Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000.
  • Anna Ajmátova Antología: "Soy vuestra voz", Editorial Hiperión, Madrid 2005.
  • Historia de la Literatura Universal, de Martín de Riquer y José Mª Valverde Editorial Planeta, Barcelona 1986
  • Història Universal de L'Art, Editorial Planeta, Barcelona 1990
  • Paul Valéry El cementerio marino, Literatura, Alianza Editorial, Madrid 2002
  • http://www.azc.uam-mx/csh/sociologia/sigloxx/culturainternacional.html
  • http://www.mipunto.com/temas/4to_trimestre06/elsimbolismo.html
NOTAS
  1. Prólogo de Vladimir Leonóvich Réquiem y otros escritos. Ed. Galaxia Gutenberg, Barcelona 2000 (pág.17), traducido por José Manuel Prieto.
  2. Artículo de Julia Manzano, Anna Ajmátova,Una voz de la memoria.
    http://www.nodo50.org/mujeresred/f-julia_manzano.html
  3. Prólogo de Belén Ojeda , Antología Soy vuestra voz, Ediciones Hiperión, S.L., Madrid 2005 (pág. 11)
  4. Pròleg de Joseph Brodsky ,traduït de l' anglès al català per Jaime Aubareda, Edcions 62, Barcelona 1990. (pàg.11-12)
  5. Paul Valery: Sobre El cementerio marino. Literatura Alianza Editorial, Madrid 2002, traducción de Jorge Guillén
  6. Paul Valery, Teoría poética y estética , Visor, Madrid 1990. Traducción Carmen Santos.
  7. Prólogo de Joseph Brodsky "La musa planyívola". "AnnaAkmàtova. Réquiem i altres poemas" Edicions 62, Barcelona 1990 (pág.9-10)
  8. Prólogo de Vladimir Leonóvich (pág.20-21) Réquiem y otros escritos Ed.Galaxia Gutenberg, Barcelona 2000.
  9. Epílogo: Recordando a Anna Ajmàtova. Conversaciones de Joseph Brosky con Salomón Vólkov. (pág.155-159) Réquiem y otros escritos. Ed.Galaxia Gutenberg, Barcelona 2000.
  10. Anna Ajmátova, Réquiem y otros escritos, O.Cit. (pág.47)
  11. Anna Ajmátova "Soy vuestra voz" Antología, Editorial Hiperión, Madrid, 2005, traducción Belén Ojeda.

GOYA GUTIÉRREZ, (Zaragoza 1954 - Barcelona ). Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Estuvo dedicada durante años profesionalmente a la enseñanza pública en el nivel de secundaria. Actualmente reside en Castelldefels y desde el 2003 es coeditora y directora de la revista Alga. Hasta la fecha ha publicado la plaquet "Regresar" (1995) y los libros de poemas "De mares y espumas" (2001), "La mirada y el viaje"(2004) y "El cantar de las amantes" (2006). Tiene inéditos dos libros. Sus poemas y trabajos críticos han sido publicados en revistas como Turia (Teruel), Cuadernos del Matemático (Madrid), Cuadernos del Ateneo (La Laguna), Papers Versàlia o Alga (Barcelona). Su obra ha sido incluida en varias antologías como "25 años de poesía en Catalunya", por Carlos Morales (Revista Cuadernos del Ateneo nº 20, La Laguna 2005 ) , "Lluernes al celobert", por Teresa Costa-Gramunt y Yaratullah Monturiol, edita March Editor, Barcelona 2006 o "Des de la terra", por Toni Clapés, edita Diputación de Barcelona 2005, entre otras, así como en diversas antologías digitales de poesía universal como www.poeticas.com.ar o www.amediavoz.com.

Un resumen de los contenidos que en este artículo comentario se expresan fueron expuestos por la autora, a través de un Taller de poesía, en la Biblioteca Ramón Fernández Jurado, de Castelldefels, el 19.12.2006 dentro del espacio "Tertúlies literàries".