GERARDO GUAZA

POEMAS PARA YOLANDA

- III -

NOCTURNO

La luna atravesaba mi ventana
y dibujaba surcos en mi lecho
como un arado triste
que solamente soledad sembrara.

Imaginé una playa solitaria,
allí, la timidez de nuestros pasos
dejó una blanca estela
cual barca enamorada.

Mi mente recorría con sus dedos
tus gestos, tus palabras,
con nitidez precisa:
el olvido es escarcha.

Soñaba con guirnaldas
que hicieran de tu pelo
trenzas donde ceñir mis recias manos
cual si fueran amarras.

Anoche estuve, amor, pensando en ti,
al final llegó el alba
y así te fuiste, amor, con mis ensueños
y me dejaste ciego
ante la luz ingrata.