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IGNACIO GAMEN
TAL VEZ EVOCAS OTRO ESPEJO
Esparces con el cuenco de las manos
el agua por la cara. Luego extiendes
la espuma, te acaricias y entretienes,
tu rostro en el espejo contemplando.
Tienes los ojos rojos y los párpados
caídos e inflamados, en tus sienes
blanquean los cabellos y la frente
se agrieta, tal barbecho abandonado.
Tal vez evocas otro espejo, otra
imagen joven de sí misma entusiasta...
Jugabas a Narciso ayer; ahora,
la quimera de ser Fausto te halaga.
Y sin embargo sonríes tranquilo,
errante vagabundo sin destino
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