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ANTONIO IZQUIERDO
I
Qué extraña sensación es ésta
de entregarte lo que no tengo
y de pedirte lo que no me puedes dar,
este secreto impulso que hacia ti me eleva,
esta sobria quietud que me despeña.
Me enciende y me desgasta
lo que no se puede verter,
lo que sin forma me hace tropezar
y me azora y me confunde,
y si falta, como el ácido,
me agujerea hasta hacerme sombra.
Si soy hombre, qué me falta
para llevar mi derrota al agujero
donde la nada me reconcilie
con la acristalada arena
que todo lo es y es nada
continua
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